
Francisco Gabilondo Soler nació el 6 de octubre de 1907 en la ciudad de Orizaba, estado de Veracruz. Siendo suficientemente travieso. Pancho Gabilondo mostró gran interés por aprender y estudiar... pero no por ir a la escuela. Aprendió mucho por sí mismo: no sólo aquello puesto en páginas escritas, sino lo que sus oídos le permitían asimilar, el rumor del campo, el murmullo del bosque, voces de mil seres diferentes y el canto del agua.
Al crecer y habiéndose graduado de soñador profesional, Francisco Gabilondo se convirtió en músico para plasmar en canciones el cúmulo de cuentos, sueños, anécdotas y cantos naturales, los más de ellos salidos de aquellos bosques de Orizaba.
Como autodidacta, indagó en varias áreas del conocimiento, pero la que realmente le apasionó fue la astronomía, disciplina que no pudo ejercer profesionalmente debido a la limitante económica. Así, incursionó en boxeo, toreo, natación e, incluso, estudió linotipista. Cuando contaba con 19 años, Pancho Gabilondo se interesó por la música. Decidido a aprender solicitó le permitieran practicar en la pianola de unos baños públicos. Primero accionaba el mecanismo y se fijaba donde bajaban las teclas: después él ponía los dedos en el mismo lugar. Practicando continuamente, aprendió a dominar el teclado y ser un excelente pianista.
Impulsado por el auge de la radio, para 1932, incursionó en melodías de corte humorístico, donde plasmaba costumbres de esos tiempos y realizaba crítica social. El bate (poeta) Ruíz Cabañas lo bautizó como El Guasón del Teclado cuando se presentaba en la XYZ; algunas canciones de esa serie fueron Vengan Turistas y Su Majestad el Chisme.
A principios de 1934 y gozando de cierto reconocimiento por su trabajo con música festiva, Gabilondo solicitó a Emilio Azcárraga, una oportunidad. Azcárraga bajo el ánimo del compositor haciéndole ver que realmente no podía competir con figuras como Lara o Curiel, pero le propuso musicalizar la Marcha de Zacatecas para que le pusiera letra para los niños.
En la XEW, el 15 de octubre de 1934 Francisco Gabilondo Soler interpretó sus primeras canciones de fantasía. El chorrito, Batallón de Plomo, Bombón I y El Ropero. Fue un pequeño espacio de 15 minutos sin patrocinador, publicidad, con poca paga y a prueba. Sólo contaba con su voz, el piano y mucha imaginación. Así continuó, sin aparente éxito, con su programa sin nombre ni personaje. Aunque algunos creían que su número sólo duraría algunas semanas, se mantuvo en la radio.
Las canciones de Cri-Crí son relatos de aventuras de El Grillito Cantor en el bosque, en el país de los cuentos o en lugares lejanos. Con el tiempo la serie de radio aumentó en tiempo y recursos. Se afianzó en el gusto del auditorio; hasta convertir el anochecer del domingo en el momento de fantasía musical Cri-Crí. El Grillito Cantor dejó de transmitirse el 30 de julio de 1961.
Francisco Gabilondo Soler recibió visa permanente para ingresar al País de los Sueños, el 14 de diciembre de 1990, mientras dormitaba tranquilamente en su casa del Estado de México.
Al crecer y habiéndose graduado de soñador profesional, Francisco Gabilondo se convirtió en músico para plasmar en canciones el cúmulo de cuentos, sueños, anécdotas y cantos naturales, los más de ellos salidos de aquellos bosques de Orizaba.
Como autodidacta, indagó en varias áreas del conocimiento, pero la que realmente le apasionó fue la astronomía, disciplina que no pudo ejercer profesionalmente debido a la limitante económica. Así, incursionó en boxeo, toreo, natación e, incluso, estudió linotipista. Cuando contaba con 19 años, Pancho Gabilondo se interesó por la música. Decidido a aprender solicitó le permitieran practicar en la pianola de unos baños públicos. Primero accionaba el mecanismo y se fijaba donde bajaban las teclas: después él ponía los dedos en el mismo lugar. Practicando continuamente, aprendió a dominar el teclado y ser un excelente pianista.
Impulsado por el auge de la radio, para 1932, incursionó en melodías de corte humorístico, donde plasmaba costumbres de esos tiempos y realizaba crítica social. El bate (poeta) Ruíz Cabañas lo bautizó como El Guasón del Teclado cuando se presentaba en la XYZ; algunas canciones de esa serie fueron Vengan Turistas y Su Majestad el Chisme.
A principios de 1934 y gozando de cierto reconocimiento por su trabajo con música festiva, Gabilondo solicitó a Emilio Azcárraga, una oportunidad. Azcárraga bajo el ánimo del compositor haciéndole ver que realmente no podía competir con figuras como Lara o Curiel, pero le propuso musicalizar la Marcha de Zacatecas para que le pusiera letra para los niños.
En la XEW, el 15 de octubre de 1934 Francisco Gabilondo Soler interpretó sus primeras canciones de fantasía. El chorrito, Batallón de Plomo, Bombón I y El Ropero. Fue un pequeño espacio de 15 minutos sin patrocinador, publicidad, con poca paga y a prueba. Sólo contaba con su voz, el piano y mucha imaginación. Así continuó, sin aparente éxito, con su programa sin nombre ni personaje. Aunque algunos creían que su número sólo duraría algunas semanas, se mantuvo en la radio.
Las canciones de Cri-Crí son relatos de aventuras de El Grillito Cantor en el bosque, en el país de los cuentos o en lugares lejanos. Con el tiempo la serie de radio aumentó en tiempo y recursos. Se afianzó en el gusto del auditorio; hasta convertir el anochecer del domingo en el momento de fantasía musical Cri-Crí. El Grillito Cantor dejó de transmitirse el 30 de julio de 1961.
Francisco Gabilondo Soler recibió visa permanente para ingresar al País de los Sueños, el 14 de diciembre de 1990, mientras dormitaba tranquilamente en su casa del Estado de México.
Hoy queda la invitación a sentarnos en el Portal de la Imaginación, sacar el niño que todos llevamos dentro e invitar a Cri Cri, para cantar con él La Marcha de las Letras, La Niña de la Cocada, El Casamiento de los Palomos, El Gato Carpintero, y tantas otras melodías, que al menos a su servidora, me acompañaron durante mi infancia.
Lejos queda ya el sonido del piano, del saxofón, del violín del Grillito Cantor cuando en los actuales festivales infantiles vemos a los niños bailando estridentes canciones pop, con contenido explícitamente sexual y violento. En las escuelas preescolares y primarias parece que ya se han olvidado de Cri Cri.
Que va de cantar y bailar porque al perrito le duele la muela, le dolió por morder la cazuela, a retorcerse como lombriz gritando a voz de cuello ¡mami, soy tu vaquero, dime vaquero, mami…..!
Bueno, mejor yo me voy a escuchar a Cri Cri….
Hasta la próxima.
Bueno, mejor yo me voy a escuchar a Cri Cri….
Hasta la próxima.
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