viernes, 7 de noviembre de 2008

COMENTARIO DE MIGUEL CAMÍN...


Estimados editores, he estado encuevado en estos días aciagos. Con el papel de los periódicos de Tuxpan he hecho una hoguera donde enciendo mis cigarrillos. ¿El Internet? El Internet es basura, es una mierda.

La literatura y el arte no tienen cabida en la web, donde con la voracidad de una plaga la chatarra domina. Hojeo con el corazón crepitado el libro de español que llevé en segundo de primaria y que mi madre guardó con celo en un baúl.

Las primeras letras, las vocales bobas y las presumidas consonantes. Me salta el corazón de gusto y de tristeza. Empecé a llamar a las cosas por sus nombres y en la infancia se me vino el mundo encima. Incapaz de soportar el peso de las palabras sucumbí a su falsedad, y si el lenguaje debió ser llave para liberarme me oculté en él.

Mientras corría la pelota loca y desorientada por el patio central de la Benito Juárez, y los desenfrenados escuincles iban tras ella, yo estaba hilvanando la geométrica "O" con la geográfica "S" sobre un pizarrón de oscuro destino. La tiza amenazaba en mi mano. La maestra parada a mi lado era un dulce y rosado cuinito, un cerdito convertido por designios de quién sabe quién en maestra.
Pd. Terribles los intentos frustrados de Imelda de elaborar "Calaveras". Hasta para estas taradeces hay que tener ingenio, del que ella carece. Su lugar, no quepa duda, podría ser la cocina: tal vez le salga mejor una estrujada en salsa de semillas de pipián o unos apetitosos blanquillos a la mexicana.

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