domingo, 25 de enero de 2009

Habrá movilizaciones en febrero y marzo en las sedes de Hacienda, CFE, Luz y Fuerza y Asociación de Bancos de México, anuncia López Obrador




* Discurso del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante la asamblea del Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, la Economía Popular y la Soberanía Nacional, en el Zócalo de la Ciudad de México




Amigas y amigos:


Gracias a ustedes, a, sus profundas convicciones y a su perseverancia, nos congregamos de nuevo en el Zócalo para dar continuidad a nuestro movimiento. No podríamos dejar de mencionar el esfuerzo que hacen muchos de ustedes, el sacrificio para estar presentes en esta asamblea nacional. Hay quienes vienen de muy lejos, que salieron de sus casas desde el viernes por la noche.


Y todos, mujeres y hombres, jóvenes y ancianos respetables, familias completas, acuden a nuestro llamado por su propia voluntad. Gracias, muchas gracias de todo corazón. En particular también les pido paciencia, porque a lo mejor voy a repetir cosas que ya dijeron muy bien otros compañeros, pero creo que es importante, aunque nos lleve tiempo, que queden bien claras las cosas.


Mi reconocimiento a los dirigentes del Frente Amplio Progresista. A todas y a todos los brigadistas, a los miembros de las organizaciones sociales y ciudadanas, en particular quiero agradecer el apoyo de Alberto Anaya, dirigente del PT, y de Luis Maldonado, dirigente de Convergencia. También quiero agradecer a los dirigentes del PRD en el Distrito Federal, de Alejandra Barrales y de muchos otros y también de Alejandro Encinas. Llevamos más de dos años resistiendo y avanzando en nuestro propósito de transformar la vida pública de México y poco a poco se ha ido reafirmando la importancia de nuestra lucha.


Actualmente, los que nunca dejaron de creer en nuestro proyecto, están más convencidos y los que dudaban, han empezado a despertar, a reflexionar con más disposición de entender lo que realmente está sucediendo. Independientemente de nuestra entereza y trabajo cotidiano, mucho ha contribuido en la toma de conciencia de los ciudadanos, la triste realidad que estamos enfrentando la inmensa mayoría de los mexicanos. Hoy, se padece por el desempleo, la carestía, la pobreza, la inseguridad y la violencia pero, sobre todo, existe incertidumbre y empieza a manifestarse la angustia y la frustración. Y todo ello en un ambiente de inestabilidad, de insensibilidad, de indolencia, de incapacidad y de cinismo de las autoridades. Por eso, nuestro movimiento tiene que mantener viva la llama de la esperanza. El mensaje debe de ser claro y preciso.


CONTINÚA...




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