sábado, 21 de marzo de 2009

LOS ANTIVALORES...



Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com

La suspensión de clases por el alcoholizado carnaval de Xalapa, tiene un aspecto que vale la pena comentar. Al parecer, para algunas autoridades educativas y ciertos sectores magisteriales es mal visto que ciertas escuelas particulares sí trabajen porque hacen ver mal a quienes cierran las aulas por cualquier pretexto; incluso, mereció un raro y negativo manejo periodístico el que la preparatoria “Oficial B” realizará sus actividades normalmente. Estamos ante un caso en el que se puede pensar que predominan los antivalores: si no te alineas al absurdo, eres mal visto.

Casos similares los encuentras en los ámbitos labores, sobre todo en la burocracia, y en la política partidista. Aquel que llega con ganas de trabajar, que cumple sus horarios, que es atento con el público y que pone un esfuerzo extra, no sólo es tratado como extraterrestre sino que es combatido hasta alinearlo en las reglas del sistema o simplemente es expulsado del paraíso del “ ahí se va” y la simulación. En el campo de la política partidista basta soplar ligeramente para que surjan ejemplos de antivalores por todos lados, independientemente de los colores y las siglas; esos rasgos están en el discurso, en la operación y en funciones que deberían ser tan sustanciales como las ejecutivas y legislativas; de hecho, es difícil distinguir entre la persona real y el personaje político que se va inventando, poco a poco, hasta actuarlo cotidianamente.
La crisis de valores democráticos, agravados por el ejercicio precario de valores morales y la casi desaparición de referentes ideológicos, ofrece un espectáculo deprimente del escenario de la política partidista, reforzado actualmente por precampañas electorales frívolas e intranscendentes. En mi experiencia, con todo y que mi militancia se da en la supuesta izquierda política, los golpes de realismo han sido devastadores: pura farsa, trampas y corrupción. En el fondo, he observado la renuncia casi generalizada a intentar algo distinto y asumirse con vocación de poder.
El valor es bien, éste es mejora, nos remite a acciones buenas. El valor es propiedad de las personas, es lo que vale. Entre los valores subrayo a la libertad, a la honestidad, a la tolerancia, a la justicia y a la humildad. El antivalor es, como su nombre lo indica, lo contrario a las definiciones anteriores, más bien tiene que ver con actitudes negativas y nos conduce a ciertos grados de deshumanización; entre los antivalores destaco la deshonestidad, la soberbia, la enemistad, la envidia y la ignorancia.
De alguna manera se ilustran los ambientes y las actitudes a que me he referido, en el sentido de que si quieres hacer las cosas bien, eres mal visto y hasta rechazado, quedándote en la disyuntiva del conformismo – mimetismo o la rebeldía, que es un acto de conciencia que se puede quedar en tu satisfacción personal o trascender a efectos colectivos. Son muchos los que en diferentes espacios y en diversas formas rompen las reglas, escritas o no, que día a día reproducen autoritarismo y simulación. No es de extrañarse que sean vistos como “loquitos”, que sean excluidos y maltratados. Lo curioso es que, casi siempre, esos tercos inician la organización que provoca los grandes cambios.

Hoy por hoy, la lucha es contra la unanimidad y contra la simulación; la lucha es por encontrar un sentido a la labor social y política; por eso, asomarse a los valores es una buena oportunidad de inspiración, da fortaleza y futuro.

Recadito: Vienen nuevas movilizaciones para regresar tranquilidad y seguridad a los vecinos de la Avenida Lázaro Cárdenas.

1 comentario:

LIC. IMELDA TORRES SANDOVAL dijo...

Me ancantaría saber su opinión acerca de la utilidad del voto en blanco. Este se promueve en el libro de Josè Saramago, titulado "Ensayo de la Lucidez". En muy breve síntesis, una poblaciòn que està harta de la corrupciòn del sistema polìtico, decide acudir acudir a las urnas y VOTAR EN BLANCO, es decir, anular su voto. Ello tiene como consecuencia poner en verdadera crísis al propio sistema y a los partidos polìticos "de centro, derecha e izquierda", que son duramente criticados por el pueblo por no cumplir con los fines para los que realmente han sido creados. ¿Qué le parece? ¿Cree que eso puede suceder en nuestro país? También le envío saludos y felciitaciones por sus escritos, que resultan muy interesantes.
Atte: Lic. Imelda Torres Sandoval. Columnista de vaxtuxpan.