sábado, 7 de marzo de 2009

XALAPA AHORCADA



Por Uriel Flores Aguayo
urielfloresaguayo@hotmail.com

El viernes 27 de febrero bajé en auto, con algo de prisa, por la Avenida Américas, con rumbo a las oficinas de SEDESOL, ubicada en la carretera federal, exactamente frente al panteón “palo verde”. Al estar cortada la circulación en esa avenida, para proseguir hay que intentar dar vuelta en la primera cuadra de la calle “maestros veracruzanos”, lo cual fue imposible por lo denso de las colas de autos que vienen en sentido contrario; el siguiente intento era buscarle por la avenida “20 de noviembre”, con resultados fallidos por que su único carril de acceso estaba saturado hasta el parque de “Pomona”; la opción inmediata estaba en la avenida “Murillo Vidal”, la que tuve que desechar inmediatamente porque su ruta de entrada estaba ocupada por una fila de autos que llegaba hasta “20 de noviembre”; continué mi camino con la sensación de estar secuestrado y ser conejillo de indias de un experimento cuyos autores tal vez ni siquiera sepan cuándo ni como lo echaron a andar; el último intento para encaminarme a mi compromiso era retornar en la calle “Rebsamen”, de otra forma tendría que seguir a Coatepec, doblar para el centro sin tener a qué o estacionarme imprudentemente y ponerme a llorar; el problema es que esa zona está peor, es un verdadero embudo donde todos se encuentran, intentan ganarse el paso, se ven feo y generan un caos. Como pude, con más cansancio pues había regresado en la madrugada de un viaje relámpago al Distrito Federal, di la vuelta y logré entrar a la Avenida “20 de noviembre” para llegar a mi destino con un retraso de 30 minutos.

Esa experiencia personal, una de tantas en los últimos meses, actualiza mis inquietudes sobre las obras que se están realizando en la ciudad y las afectaciones diversas que sufren miles de xalapeños. Me quedó la impresión de que Xalapa está cercada y dividida en dos; lo peor es que no se nota la autoridad municipal en los puntos conflictivos; mientras se padece la ausencia de agentes de tránsito en esos cuellos de botella, varios de ellos con motocicleta y patrullas están dizque cuidando que no se exceda la velocidad a unas cuadras de los conflictos viales.
Creo que la ciudadanía está siendo todavía más afectada con las obras de la avenida “Lázaro Cárdenas”, donde, a mi parecer, se tienen cuando menos cuatro problemas: simultaneidad, lentitud, pocas medidas de protección y casi nula información a la gente. Es inevitable el caos y el colapso momentáneo cuando sin justificación se efectúan varias obras a la vez; no basta, porque no es cierto, que digan que así debe ser porque, si no, se perderían los recursos; es obvio que el caso del túnel de “Pipila” hecho con dinero de la bursatilización, está lejos de plazos fatales; más bien dan la impresión de querer apantallar al pueblo. El otro gran problema es el tiempo en que programan las obras, como sucede con el puente de “Plaza Krystal”, cuya culminación se llevará más de año y medio; salvo que no tengan dinero o que hayan contratado empresas sin capacidad no se justifica que pasen las semanas y los meses sin que se realicen trabajos significativos en una obra que ya lleva unos 8 meses de estar desquiciando a esa zona. Precisamente en el cruce de “Lázaro Cárdenas” y “Credrahui Caram”, el punto más peatonal de la zona, omitieron levantar un puente provisional para que la gente pudiera pasarlo con seguridad; ahora las personas tardan hasta 15 minutos para poder cruzar, casi siempre exponiéndose al atropellamiento y con el enojo de los pocos agentes de tránsito que operan en ese punto. Casi por milagro hasta hoy no ha ocurrido una tragedia, como podría ser si un trailer se azota contra un grupo de peatones; ojalá no hagan el puente cuando tenga que tapar el pozo, después del niño ahogado. Además hacen falta medidas de información a la ciudadanía, abrir mesas, enviar brigadas que aclaren y orienten; parece zona de guerra y sin gobierno.
A las personas que se exponen a los peligros previsibles por estas obras, a quienes tienen que aguantar media hora o más para cruzar en auto o a pie, a quienes los taxis ya no quieren llevar a esos rumbos, a los comerciantes que ven como se bajan sus ventas, no basta pedirles paciencia y hablarles mediáticamente de un futuro color de rosa. El Ayuntamiento debe asumir plenamente su responsabilidad e intentar hacer las cosas bien y a tiempo. Los padecimientos cotidianos de la gente que vive o transita por las zonas de obras, incluyendo “Rebsamen” y “Venustiano Carranza”, no se resuelven con una palmadita ni con la política de Kalimán, quién solía decirle a Solín: “Serenidad y Paciencia”. Por otro lado, debe quedar claro que no es un asunto de políticas partidistas.

Recadito: Audiencia pública con el Cabildo Xalapeño, el día 11 de marzo a las 18:00 horas, para dialogar sobre las obras de la Avenida “Lázaro Cárdenas”.

www.urielflores.org.mx

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