· La policía municipal detuvo a cuatro brigadistas de su equipo de campaña
En un acto que viola la civilidad de la competencia democrática, el día de ayer por la mañana elementos de la policía municipal detuvieron a cuatro brigadistas del equipo de campaña de Miguel Martín, cuyo delito fue repartir volantes del candidato a diputado federal por el Partido Acción Nacional.
Así lo dio a conocer Lauro Hugo López Zumaya, presidente del comité directivo municipal de ese partido, quien refiere que los jóvenes viajaban a bordo de un autobús de los llamados AUS, con número económico 614, en dirección a Tuxpan, después de concluir con su labor de proselitismo en comunidades de la zona de Tierra Blanca, y que al pasar la caseta, siendo las 9,40 de la mañana, elementos de la patrulla municipal número 16 abordaron la unidad y sin más explicaciones los obligaron a bajar y fueron remitidos a las instalaciones de la inspección municipal de policía.
Al respecto, Lauro Hugo comenta que se trata de un acto arbitrario, que violenta la civilidad de las campañas y nos regresa a las prácticas más nefastas y retrógradas del viejo PRI. “Lo más grave es que la detención fue ordenada por un funcionario estatal, de nombre Javier Benítez Ponce, quien funge como delegado de la SEV en la zona norte, el cual con una actitud caciquil ordenó la detención de los muchachos”.
“Cabe señalar”, menciona el abogado López Zumaya, “que se trata de un acto de un funcionario estatal, en horas de trabajo, y que además no tiene autoridad para ordenar una detención arbitraria como esta”.
Fue necesaria la intervención del comité directivo municipal del PAN para conseguir la libertad de Jesús Antonio Morales Figón, los hermanos David y Martín Méndez Hernández, y Gerardo Reyes Moncada, cuyo delito fue repartir propaganda electoral de su candidato, Miguel Martín.
Lauro Hugo López manifiesta que el comité directivo estatal ya está preparando una denuncia, contra quien resulte responsable del delito de privación ilegal de la libertad, cometido contra los cuatro brigadistas, ya que ni siquiera se les presentó cargo alguno.
Este hecho se suma a la cruzada de acoso y amenazas que desde el inicio de la campaña se ejerce contra Miguel Martín y su equipo de trabajo, por hostigamiento policíaco, mediante llamadas intimidantes contra él y su familia, obstaculización de los actos de proselitismo y ahora la detención ilegal de los brigadistas.
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