domingo, 24 de mayo de 2009

¿POR QUÉ LE VA BIEN A ERWIN ANTONIO SALAS?



Por Roberto López Arán…


Algunos ciudadanos, con comprensible escepticismo, se preguntan por qué le ha ido bien a Erwin Antonio Salas, candidato de la coalición Salvemos México, de los partidos Convergencia-PT, a diputado federal por el tercer distrito, en los eventos donde se presenta.

Les diré las razones: Erwin Antonio Salas no tiene que andar con la mentira por delante como los otros candidatos, especialmente los del PAN y PRI, para ser aceptado.

Erwin Antonio Salas vive de su trabajo; un trabajo, por cierto, dedicado a servir a los demás, desde organizaciones de asistencia social en el Consejo de la Comunicación, “La voz de las empresas”. Su patrimonio es suyo, fruto de su esfuerzo, y del trabajo de su familia. Acostumbrado a que lo agarre el día laborando, jamás tomaría o derrocharía un dinero que no es suyo. Por tanto, no cabe en él que defraude a la gente. ¿Podrán los otros afirmar lo mismo, sin caer en falsedad?

Pero esto es sólo la condición moral que pone a Erwin Antonio Salas por encima de los martines: Miguel y Cristóbal.

En sus propuestas los rebasa también. No porque ellos propongan algo distinto, sino porque cínicamente sus partidos, el PAN y el PRI, han ido en sentido contrario al interés de la mayoría mexicana.

Erwin Antonio Salas propone plantear en el congreso la reducción a los precios de las tarifas eléctricas en casa, comercio e industria en los municipios de su distrito, con el importante añadido de abanderar un programa de profunda conciencia social entre los usuarios para modificar hábitos de consumo de derroche de energía y apuntalar su optimización.

Desvergüenza, que los candidatos del PRI y PAN ofrezcan algo semejante, pues han sido sus bancadas en el congreso quienes han impulsado, junto con el gobierno de Felipe Calderón, los aumentos paulatinos pero gravosos, a los precios de los bienes y servicios que vende CFE y PEMEX: energía eléctrica y combustibles; buscando con ello recaudar más dinero, a costa de empobrecer a la gente.

Lo propio sucede con esa la idea sensata que Erwin Antonio Salas anda promoviendo entre productores del campo, la ganadería y la pesca: no, no se puede pedir más dinero público para estas actividades productivas, en plena crisis, eso es demagogia pura, usada por el PRI y el PAN. Cuando gobiernan aprietan al productor, pero cuando andan en campaña electoral mutan en dadivosos ofertadotes de un dinero que no tienen y no tendrán. Por ello Erwin Antonio subraya la necesidad de fiscalizar los recursos que se aplican al sector primario de la economía con el fin de que los beneficiados sean los auténticos pequeños y medianos productores y no la burocracia del PAN y del PRI que los otorga bajo intereses corporativos y partidistas.

¿En quiénes ponen su fe los martines: Miguel y Cristóbal, para que acudan a las urnas a sufragar por ellos? Pues en todos aquellos depauperados mexicanos que son asistidos por los programas de Oportunidades, Piso fiel, Proyectos productivos (que no son tales), Adultos mayores, Seguro Popular y cuanta acción populista, que no popular, han inventado para comprar el voto. ¡Qué canallada! No tienen argumentos para convencer al ciudadano. Traen dinero, mucho dinero.

Por estas razones descritas, entre otras, le va bien a Erwin Antonio Salas, el candidato de la coalición Salvemos México, de Convergencia-PT, en los lugares que se presenta, con la gente que con extrañada curiosidad le escucha, y a los pocos minutos, hace empatía con él.

Le iría mejor, por supuesto. Pero en un distrito con tanta carencia, desatendido por los alcaldes de los municipios que lo conforman, e incumplido en sus exigencias por Iñigo Laviada, un diputado federal que no supo o no quiso ser la diferencia con sus antecesores del PRI, sus ciudadanos están desanimados, hartados de la política electoral.

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