Por: Lic Imelda Torres Sandoval
Grata sorpresa me llevé hoy a las dos de la tarde cuando caminaba por la Calle Morelos, frente al Parque Reforma. Pasando por una conocida estación de radio local me topé con Dante Delgado Ranauro, acompañado de Tavo Greer, por supuesto.
Creí que no me recordaría de aquellos tiempos del Zócalo exigiendo "voto por voto, casilla por casilla"; pero agradablemente me equivoqué: Dante Delgado, siempre caballero y amable, me regaló algunas palabras de afecto, y nos tomamos la foto. No lo entrevisté. A los amigos no se les entrevista, por que amigo considero a Dante Delgado. Amigo que comparte conmigo la lucha por una auténtica democracia y que ha emprendido junto con López Obrador la campaña "Salvemos a México", que en el nombre lo dice todo.
En 2006, después del fraude electoral en el que se desconoció la victoria de López Obrador en las elecciones presidenciales y se entronizó espuriamente en el poder al PAN, el Peje convocó a varias asambleas en el Zócalo de la Ciudad de México, y aunque yo vivía en Ixhuatlán de Madero, no dudé en viajar en compañía de otros convencidos lopezobradoristas hasta la Ciudad de la Esperanza para denunciar el fraude electoral. El grito de guerra fue ampliamente conocido: voto por voto, casilla por casilla. Recuerdo que en la segunda o tercera asamblea, el Peje nos habló con el corazón en el Zócalo y nos dijo: Nos quieren arrebatar la esperanza, nos vamos a quedar aquí hasta que se cuente voto por voto, hasta que nos devuelvan el triunfo electoral que nos han robado. La asamblea, el Zócalo atestado de gente, enmudeció. La mayoría no traíamos mas que la muda de ropa puesta y ni cien pesos en la bolsa, pero después de respirar hondo y profundo, como lo hace la gente que tiene mucha hambre de justicia y que está harta de pillerías, gritamos al unísono: Nos quedamos.
Y fue cuando conocí a Dante Delgado Ranauro. La tarde de ese domingo en el que el Peje nos pidió quedarnos en protesta por el fraude electoral, estaba lluviosa y amenazaba una noche bastante húmeda. Los que decidimos quedarnos a apoyar a López Obrador, buscamos de inmediato cajas de cartón para acomodarlas en el suelo, por que ahí nos íbamos a quedar a dormir. Nos organizamos por estados. Aunque chilanga, yo me acerqué a la zona de Veracruz, y ahí estaba mi amigo Manuel Hidalgo y Dante Delgado, quien por un rato se me perdió de vista. Y cual fue mi sorpresa al ver regresar a Dante Delgado junto con otras personas cargando cobijas y cobertores, envueltos todavía en las bolsas del Palacio de Hierro del Centro. Si señor, una de las tiendas mas lujosas de la Ciudad de México. Pero eso no le importó a Dante Delgado, quien supongo que de su propio peculio compró las cobijas y las distribuyó entre sus paisanos los veracruzanos. Gracias a él no la pasamos tan mal. Al día siguiente, Dante Delgado también estuvo pendiente de organizar el desayuno. ¡Ah como sabe bien el pan de lucha compartido!
Por eso me atrevo a decir que Dante Delgado es mi amigo, por que él no se fue a dormir a un cómodo hotel y nos dejó solos. También se quedó a dormir en la plancha del Zócalo con cientos de veracruzanos. Eso, en política, se llama congruencia. Y sólo una persona congruente tiene calidad moral para pedir el voto a favor de un candidato.
Dante Delgado compartió a este medio que vino a Tuxpan a apoyar la candidatura de Erwin Sálas, abanderado por Convergencia y la Coalición Salvemos México, mencionando que espera excelentes resultados por que la propuesta de Convergencia es con la que se identifica la gente: mayor control y auditoría al ejercicio de programas sociales y cero corrupción en los tres niveles de gobierno. También adelantó que en el mes de junio tendremos en Tuxpan la visita de Alejandro Herz Manero, quien fuera exsecretario de seguridad pública con Vicente Fox y exsecretario de seguridad pública del Distrito Federal, y ahora encabeza como número uno la lista de diputados plurinominales por Convergencia, promoviendo el proyecto ciudadano de seguridad y justicia. Estaremos muy pendientes.
Hasta la próxima.
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