55 por ciento de los electores no ocupan su credencial en los procesos electorales

Orlando Segura Hervert.
Sorprenden las largas colas que se presentan diariamente en los módulos del Instituto Federal Electoral para obtener la credencial, sin embargo, la mayoría de los ciudadanos, no la ocupa para el fin que fueron creadas, tal aseveración se deduce de los datos estadísticos proporcionados por el propio Consejo Distrital a cargo de Jesús Cruz Sobrevilla, en la que la gran mayoría de los enlistados en el padrón nominal no acudieron a votar el pasado 5 de julio del presente año, tan solo en Tuxpan, de los 95 mil ciudadanos registrados, solo el 44 por ciento cumplió con su deber ciudadano.
En un recorrido por las instalaciones encargadas de la expedición de credenciales, varios de los funcionarios no pudieron precisar de manera concreta el costo de cada una de las identificaciones, algunos señalaron que esta tiene un costo similar a los diez pesos y otros menor de 50, éste último porque el nuevo documento con fotografía tiene diversas medidas de seguridad, hologramas, especificaciones y datos que la hace infalsificable, pero en sí, explicaron, se gasta mucho en el empadronamiento como para que los jóvenes, mujeres, adultos, el día de la jornada electoral decidan quedarse en casita.
Los entrevistados expresaron que se destina mucho presupuesto para un papel que no es utilizado para votar, en Tuxpan, de acuerdo a las estadísticas, 57 mil tuxpeños se formaron en tiempo y forma, hicieron fila, cumplieron con los requisitos, pero el día más importante de la jornada, no se presentaron en los centros de votación, lo que obliga a replantear la utilidad de seguir abriendo módulos.
Quienes dirigen el IFE en el Consejo General, así como los partidos políticos y consejeros ciudadanos, deben analizar y revisar como reducir los costos e implementar un método en el que solo se acredite a quienes realmente le dan una utilidad a la credencial de elector.
Los jóvenes comentaron que en su caso, utilizan la credencial para obtener la tarjeta de mar, cobrar algún efectivo en los bancos, pero que en el pasado proceso ni de chiste se asomaron a las urnas, lamentable para un sistema que se jacta de ser democrático y en el que una minoría es la que decide.