Por: Patricio Gonzalez Quintanilla.
patgq52@gmail.com
Identificada como tal desde principios de la década de los noventa en Europa, el Desorden de Colapso de Colmenas (CCD) es una afectación que padecen súbitamente las colonias de abejas europeas en su comportamiento, provocando que en un momento dado las abejas individuales pierdan el instinto de regresar a la colmena o apiario, dispersándose sin remedio y acabando con los procesos normales de polinización, cuidado de las larvas y producción de miel, acabando con la colonia.
Aunque la mortalidad extraordinaria de colonias de abejas son sucesos que se documentan desde el inicio de la explotación comercial en apiarios, ocasionados por muy diferentes causas que incluyen la contaminación ambiental, la acumulación de pesticidas, la infestación de microparásitos, los ataques bacterianos, de hongos o de diversos virus, el Desorden de Colapso de Colmenas es un fenómeno relativamente nuevo y que a partir del presente siglo esta originando mortalidades devastadoras que han llegado hasta el 40 por ciento de las colonias totales, en los apiarios de numerosos países de Europa, Estados Unidos y Canadá.
En Asia, donde a partir de 2007 el CCD esta afectando apiarios en Taiwan y China continental, algunas regiones frutales y de cultivo de hortalizas están teniendo que ser polinizadas manualmente, ante la perdida casi total –por diversas razones incluido el CCD- de sus colonias de abejas europeas.
En Estados Unidos, con una población de 2.4 millones de apiarios registrados en 1,500 unidades de producción, el CCD esta registrado como la causa principal de mortalidad de colmenas en 24 estados, que oscila anualmente entre un 30 y un 36 por ciento de las poblaciones locales, y que han causado un incalculable daño a la producción de frutos y hortalizas. Para remediar la situación, los criadores de colmenas están importando grandes cantidades de colonias de abejas europeas sanas, principalmente de Australia, elevando considerablemente los costos de mantenimiento de apiarios, y que consecuentemente se reflejan finalmente en los precios de los productos del campo.
Hasta ahora, la afectación del CCD se ha limitado al Hemisferio Norte del planeta, y no existe cura conocida al mismo. Las más recientes investigaciones en Estados Unidos –Agosto de 2009- apuntan el Desorden a una carga excesiva y combinada sobre las abejas de diferentes patógenos, aunque no se ha podido determinar uno preponderante.
De cualquier manera, ya en Abril del presente año se publicó en la revista de la “Society for Applied Microbiology, Environmental Microbiology Reports” una investigación realizada por científicos españoles sobre el aislamiento del causante y un tratamiento que ha resultado efectivo en el entorno particular de la afectación en apiarios de ese país, mediante la aplicación del antibiótico Flumagillin sobre abejas infestadas sobrevivientes en colonias afectada por CCD, particularmente por el microparásito denominado Nosema ceranae. En tal estudio no se detecto la presencia de otro probable causante del CCD, el parasito traqueal Varroa destructor.
Hasta ahora, siendo el único tratamiento regional confirmado, parece ser la opción temporal para combatir la enfermedad, en el caso que la misma llegara a presentarse en México, y ante la cual deberá primero confirmarse la existencia del microparásito Nosema.
FUENTES: USDA, INVESTIGACION PROPIA. PGQ VIII-2009.
Identificada como tal desde principios de la década de los noventa en Europa, el Desorden de Colapso de Colmenas (CCD) es una afectación que padecen súbitamente las colonias de abejas europeas en su comportamiento, provocando que en un momento dado las abejas individuales pierdan el instinto de regresar a la colmena o apiario, dispersándose sin remedio y acabando con los procesos normales de polinización, cuidado de las larvas y producción de miel, acabando con la colonia.
Aunque la mortalidad extraordinaria de colonias de abejas son sucesos que se documentan desde el inicio de la explotación comercial en apiarios, ocasionados por muy diferentes causas que incluyen la contaminación ambiental, la acumulación de pesticidas, la infestación de microparásitos, los ataques bacterianos, de hongos o de diversos virus, el Desorden de Colapso de Colmenas es un fenómeno relativamente nuevo y que a partir del presente siglo esta originando mortalidades devastadoras que han llegado hasta el 40 por ciento de las colonias totales, en los apiarios de numerosos países de Europa, Estados Unidos y Canadá.
En Asia, donde a partir de 2007 el CCD esta afectando apiarios en Taiwan y China continental, algunas regiones frutales y de cultivo de hortalizas están teniendo que ser polinizadas manualmente, ante la perdida casi total –por diversas razones incluido el CCD- de sus colonias de abejas europeas.
En Estados Unidos, con una población de 2.4 millones de apiarios registrados en 1,500 unidades de producción, el CCD esta registrado como la causa principal de mortalidad de colmenas en 24 estados, que oscila anualmente entre un 30 y un 36 por ciento de las poblaciones locales, y que han causado un incalculable daño a la producción de frutos y hortalizas. Para remediar la situación, los criadores de colmenas están importando grandes cantidades de colonias de abejas europeas sanas, principalmente de Australia, elevando considerablemente los costos de mantenimiento de apiarios, y que consecuentemente se reflejan finalmente en los precios de los productos del campo.
Hasta ahora, la afectación del CCD se ha limitado al Hemisferio Norte del planeta, y no existe cura conocida al mismo. Las más recientes investigaciones en Estados Unidos –Agosto de 2009- apuntan el Desorden a una carga excesiva y combinada sobre las abejas de diferentes patógenos, aunque no se ha podido determinar uno preponderante.
De cualquier manera, ya en Abril del presente año se publicó en la revista de la “Society for Applied Microbiology, Environmental Microbiology Reports” una investigación realizada por científicos españoles sobre el aislamiento del causante y un tratamiento que ha resultado efectivo en el entorno particular de la afectación en apiarios de ese país, mediante la aplicación del antibiótico Flumagillin sobre abejas infestadas sobrevivientes en colonias afectada por CCD, particularmente por el microparásito denominado Nosema ceranae. En tal estudio no se detecto la presencia de otro probable causante del CCD, el parasito traqueal Varroa destructor.
Hasta ahora, siendo el único tratamiento regional confirmado, parece ser la opción temporal para combatir la enfermedad, en el caso que la misma llegara a presentarse en México, y ante la cual deberá primero confirmarse la existencia del microparásito Nosema.
FUENTES: USDA, INVESTIGACION PROPIA. PGQ VIII-2009.
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