Por Orlando Segura Hervert.
SOLITO…El Preciso luce triste, nadie lo acompaña, da el banderazo de algunas obras sin alma que lo siga, no lo acuerpa el súper equipo edilicio con el que cuenta, camina en la soledad, salvo por algunos funcionarios federales o estatales, que por diplomacia interinstitucional lo tiene que saludar, de vez en cuando, viajan con él, pero generalmente, ya no se le ve con ese calor y esa enjundia de los primeros días de su gestión. Falta un año cuatro meses y entonces tendrá que decir adiós, entregará la estafeta a un correligionario en el mejor de los casos, o bien, comerá camote si es que la oposición le gana la partida y le arrebata el triunfo el primer domingo de julio del 2010, la posibilidad, ahí está, los números y estadísticas dicen que la contienda será cerradísima… Pero el Preciso ya luce cansado, a unos los manda a la verde y a otros no los pela, ya no llega puntual a las reuniones, de hecho, nunca llegó temprano, se le nota distanciado, cabizbajo…
BOBY PULIDO… El cantante de estilo grupero, llenó el palenque en los pasados días de la Expo Feria Tuxpan 2009, a las 11 de la noche, salió con mucha pompa, mucho ruido y de repente comenzó a hablar, agradeció a medio mundo la oportunidad de mantener ese contacto artístico con el pueblo de Tuxpan, con su típico estilo se le ocurrió rendirle los honores de la diplomacia a la primera autoridad del municipio porteño, mencionó a Juan Ramón Ganem Vargas, la rechifla, las mentadas, los improperios, los gritos y ofensas, salieron del ronco pecho del público, algunos fingía exagerado consumo de alcohol y bajo ese pretexto, le recordaban el árbol genealógico al Preciso, nombraban reiterativamente un animal de cuatro patas, muy característico de la canción de Paquita La del Barrio… RATA DE DOS PATAS… ME ESTAS OYENDO … La melodiosa voz y el ronco pecho de los miles de asistentes, estuvieron presente durante varios minutos…BOBY PULIDO, cambió de estrategia, fingió no oír nada y comenzó a cantar y actuar…
PELLIZCO… Erase un Rey en Tuxpanlandia, se la daba de muy mandón, autoritario, cuando estaba de mal humor a los hombres simple y llanamente los mandaba a la chingada, los trataba con la punta del pie, generalmente no lo calentaba ni el sol azteca. En cierta ocasión, recibió a una de sus súbditas, le traía ganas cachondas y como no lo pelaba, ni le hacía caso, la mandó llamar, ella muy modosita entró a su oficina y ahí, el impertinente Señor del reinado, se arrojó sobre ella, la trató de abrazar y le metió un pellizco en plena nalga; la joven le agarro de las manos y no lo soltó, pero el inoportuno Rey, seguía lanzando besos, afuera del palacio estaba su compañera de toda la vida, una bella mujer muy sensible. La doncella agredida, y pellizcada le recordó el trono que ocupaba, las funciones que debía cumplir y el respeto que le debía a su amada. El Rey, estaba muy acelerado y enjundioso, pero al final, se contuvo, se guardó sus ganas para una mejor oportunidad. Había un testigo, un hombre obeso al que le encantan los gallos, prefirió guardar silencio, calladito se vio más bonito, desde el poder contempló el acoso, pero no dijo ni pio, solo le causó risa las balandronadas de quien jugaba desde la silla presidencial.
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