
Por: Imelda Torres sandoval
¿Cielo Rojo o Cielo Azul y Despejado?
Como novias de pueblo nos tienen los del TRIFE: Que al ratito, que mañana, que hasta el 20. Y total, seguimos con el alma en un hilo, sin conocer a quien favorecerá finalmente el fallo del Tribunal Electoral Federal.
Difícil situación enfrenta el TRIFE, y además, inédita: la resolución de la elección para diputado federal en Tuxpan será, a nivel nacional, una de las primeras que utilizó la nueva ley electoral federal con sus recientes reformas en materia de impugnación: el resultado que separaba al PRI del PAN era menos del 1%, por ello, la nueva ley dispone, que sin mayor trámite, los partidos políticos pueden recurrir a la estrategia del voto por voto y casilla por casilla, y resolver sus diferencias en la propia Junta Distrital, a la vista de todos los representantes de los partidos políticos, y sobre todo, con mucho respeto para todos y cada uno de los electores que emitieron su sufragio el día de las elecciones.
¿Cómo debe resolverse entonces la impugnación del PAN en contra de la Sala Regional de Xalapa que le revocó la constancia a Miguel Martín?
La aplicación de la ley no debe ser rígida, debe involucrar criterios que pudieran sustanciar o formalizar algunas situaciones de hecho que otorgan la razón a alguna de las partes: la resolución del caso Tuxpan será, incluso, una de aquellas que siente criterios para la resolución de futuros casos análogos.
El fondo del asunto es el siguiente: si la nueva ley otorga a los candidatos y a sus partidos dirimir sus diferencias a través del reconteo de todas las casillas en la propia junta distrital, ¿qué peso tendrá para resolver la impugnacion el hecho de que en las urnas el PAN haya ganado dos veces? Con que el PRI logre anular una de las casillas de Álamo, ¿eso le otorga el triunfo y la representaividad popular?
Si gana el PAN, entonces muchos electores podrían recuperar la confianza en que su voto será respetado: como elector, me percato que mi voto fue analizado, contado y recontado por los representantes de mi partido de preferencia, entonces, vale la pena salir a votar.
Si gana Martín Cristóbal, entramos a un juego perverso producto de los excesos de la democracia y de la legalidad: a más de un candidato le va a gustar la idea, ya para las siguientes elecciones ¿para qué se preocupa de presentar propuestas? ¿para qué se ocupa de hacer campaña y tratar de convencer a los electores? Es más, ¿para qué gasto en cemento y lámina? El mensaje sería claro: como aspirante a un cargo popular por elección directa, mejor preocupate por instrumentar medios de impugnación, respaldados por fedatarios públicos, ya que, si no lográs la victoria en las urnas, con eso lo lograrás en los tribunales.
Y como no hay de otra, pues aqui seguimos, en compás de espera
Usted apreciable lector ¿que opina?
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