jueves, 3 de septiembre de 2009

A los 73 años se quedó sin pierna y sin hijos que velen por su situación



Orlando Segura Hervert.
Nació el 7 de abril de 1934, en Huayacocotla, pero la vida de huérfano, lo trajo por diversas circunstancias a Tuxpan, no sabe cuáles fueron las razones precisas, el hecho es de que se tuvo que trasladar a esta ciudad y desde entonces vive en esta zona, desde niño le ha tocado recorrer el municipio, trabajó en diversas compañías, 11 años en el área de Petróleos Mexicanos, declaró José Epifanio Cruz Mérida.
Desde hace 2 años le dio una enfermedad que afectó una de sus piernas, misma que tuvieron que amputársela, el entrevistado mencionó que le dio una infección ósea, misma que lo dejó discapacitado, ha pedido apoyo a diversas instituciones, le dan lo que pueden y lo que quieren, agrega que los mil 135 pesos que le otorgan por lo que trabajó, no le alcanza y por eso está pidiendo la solidaridad del pueblo tuxpeño.
Recuerda a sus hijastros y al hacerlo le entra la nostalgia, afirma que no le otorgan ningún dinero, ni se acuerdan de él, señala que no tiene casa y pide que se intervenga ante Petróleos Mexicanos para que se solidaricen con su situación, dado que a dicha empresa le proporcionó una buena parte de su vida, en la paraestatal se desempeño como ayudante de operador especialista en telecomunicaciones.
Siete décadas no fue suficiente para constituir un patrimonio, lo poco que fue ganando apenas le permitió sobrevivir y ahora, en la vejez, solo le queda apelar a la buena fe de las personas que lo quieran apoyar.
El DIF le regaló una silla de ruedas, al comentar tal cuestión, afirma que cuando apenas comenzaba a manejarla, se cayó, dio una maroma y se golpeó la cabeza, no estaba acostumbrado a usarla y por eso sufrió el percance. Anteriormente caminaba por los alrededores de la Presidencia Municipal, lo hacía a pie, pero ahora, solo ocasionalmente, acompañado de su fiel compañera, acude al palacio municipal, ahí saluda a los amigos, a los que le estrechan la mano, afirma que las fuerzas le han menguado el físico, no así la convivencia con quienes quiere compartir algunos minutos de plática

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