
Por: Imelda Torres Sandoval
Jacinta Francisco volvió a casa.
Hace tres años, una delicuente de alta peligrosidad fue detenida en Querétaro. Su delito: el secuestro de seis elementos de lo Agencia Federal de Investigación (AFI).
Santiago Mexquititlan fue el lugar de los hechos. Un operativo contra piratería fue el motivo de la presencia de la policía federal. Se detuvo a Jacinta Francisco en el tianguis de esta comunidad otomí perteneciente al Municipio de Amealco, Querétaro. Se le proceso y se le sentenció a 21 años de prisión por el secuestro de seis elementos de la AFI. Amnistía Internacional intervino y se pudo demostrar que el proceso de Jacinta Francisco, situación extraordinaria en México, estuvo lleno de inconsistencias y errores.
Conozco Santiago Mexquititlan, Trabajé en Procuraduría Agraria en 2003 en Querétaro, y atendí esa zona. El detalle era que la mayoría de los certificados parcelarios emitidos por el PROCEDE estaban erróneamente asignados. Por poner un ejemplo simplista, la parcela de Juan se la asignaron a Pedro y la de Pedro se la asignaron a Manuel. El origen del problema: la comunidad de Santiago Mexquititlan es una comunidad otomí, que resguarda su lengua y la mayoría de los habitantes aún lo utilizan como su lengua materna, y casi no hablan ni entienden el español. Por esa razón, los funcionarios de la Procuraduría Agraria, Registro Agrario e INEGI que asignaron las parcelas cometieron muchísmos errores an la asignación y certificación de las parcelas. En coadyuvancia con el Tribunal Unitario Agrario de Querétaro, la Delegación de la Procuraduría Agraria llevo a cabo una audiencia pública en esa comunidad, y se corrigieron mediante comperecencias en jurisdicción voluntaria muchos de los errores en aproximadamente 80 certificados parcelarios. Me siento orgullosa de haber puesto mi granito de arena. En agradecimiento, un ejidatario de Santiago Mexquititlan me regaló un guajalote. No hay mejor pago, por que ello representa el reconocimiento de la gente humilde a mi trabajo.
Volviendo al asunto de Jacinta, el Centro de Derechos Humanos "Agustín Pro Juárez" asumió su defensa. Tres años después logró sacarla del Penal de San José El Alto y la devolvío a su pueblo, a su gente, a su familia. Su delito, ser indígena y ser mujer. ¿Exagero? ¿Quién recuerda ya a Digna Ochoa, abogada veracruzana indígena precisamente del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez? ¿Quién se acuerda de las mujeres de Acteal? ¿Quién recuerda a las mujeres de San Salvador Atenco?
La justicia mexicana se ha convertido en un laberinto de "dudas razonables" y varios "usted disculpe". Es una burla "celebrar" la "independencia" de un país donde si siquiera impera la ley y sólo cuentan los intereses de quienes detentan el poder, que siguen siendo los mismos de hace casi doscientos años.
Dirá usted apreciable lector ¿y a mi que me importa la ...inche india esa? ¿verdad? Pues debería importarle, por que Jacinta Francisco es la prueba de que en este México Independiente en el que vivimos cualquier funcionario puede ejercer su autoridad de manera autoritaria e ilegal para fastidiarle la existencia a cualquier persona, que simplemente pudo estar en el lugar y la hora equivocados. ¿Se ha puesto a pensar cuando le tocará a usted o a alguien de su familia estar en los huaraches de Jacinta? ¿Le gustaría pasar dos meses, un años, tres años, diez años, en una cómoda celda de un penal de alta seguridad, para que el sistema de justicia penal le diga. "usted disculpe"?
No es la crísis financiera la que nos debería de preocupar, parece que nadie percibe la crísis de nuestro sistema penal, que esta a punto de colapsarse por la corrupción e impunidad imperante en todos los niveles, que nos está llevando a la anarquía. Tentación para los grupos de poder que si están organizados y disciplinados, pero que operan fuera de la "ley".
Usted ¿qué opina?
Hasta la próxima.
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