domingo, 29 de noviembre de 2009

CAMPO MAGNETICO TERRESTRE… ANOMALIAS INDICAN UNA PERDIDA DE FUERZA DEL 10 PORCIENTO EN LOS ÙLTIMOS 150 AÑOS.




Por: Patricio Gonzàlez Quintanilla.


patgq52@gmail.com

El Campo Magnético Terrestre y su Magnetósfera, primera defensa de la vida en la Tierra de los devastadores efectos del viento y tormentas solares; así como de la radiación cósmica proveniente del espacio profundo, parece estar debilitándose paulatinamente.

Anomalías magnéticas apuntan a un extraño “chapoteo” al interior del planeta, que podría ser el precursor a un cambio de polaridad del campo mismo. Estos cambios de polaridad, o “reversiones”, son totalmente naturales, ocurren de manera irregular a lo largo de la vida de la Tierra, el último se presentó hace 780 mil años. A estos cambios les precede un período de anomalías magnéticas que debilitan el campo magnético global.

El núcleo de hierro terrestre da origen al campo magnético de la Tierra. Está conformado por dos capas, una interna sólida que conforma un gran imán esférico, y una capa exterior líquida, que en conjunto funcionan como un gigantesco electro magneto, que posee una fuerza rotatoria mayor a la del planeta en su conjunto.

NUCLEO TERRESTRE DE HIERRO

El monitoreo que actualmente se realiza por observatorios geomagnéticos están confirmando el aumento de anomalías magnéticas que debilitan la gran burbuja en forma de lágrima (magnetósfera) que nos protege del viento solar y de sus tormentas asociadas cuando la actividad del sol aumenta.

Como es del conocimiento público, al ocurrir una tormenta solar de alta energía se pueden afectar todo tipo de dispositivos electromagnéticos de comunicaciones y de transmisión de energía en la Tierra, incluyendo los satélites. Esto sucede aún en el caso de tener el campo magnético impeturbado.

En caso de perturbarse el campo magnético por causa de una anomalía interna adicional, la zona afectada de la magnetosfera ocasionará una mayor incidencia de radiación en eventos solares de menor energía, exponiendo aún más la red internacional de satélites y los sistemas terrestres de transmisión de energía y de comunicaciones.

Las más recientes anomalías magnéticas parecen tener mayor incidencia en el hemisferio Sur, donde modifican los bordes y aumentan el área de la gran anomalía del Atlántico Sur, descubierta al final de la década de los cincuenta.


GRAN ANOMALIA DEL ATLANTICO SUR (SAA)

La SAA se ubica donde el cinturón interior de radiación Van Allen que rodea el planeta se encuentra más cerca de la atmósfera terrestre. La proximidad del mismo, obliga a que los satélites que cruzan esa zona estén dotados de una protección especial contra la radiación y que artefactos como la Estación Espacial Internacional tomen medidas adicionales de remediación al cruzarla.

Ahora se están presentando anomalías menores que están modificando las dimensiones originales de la SAA, haciéndola más grande y debilitando la burbuja de la magnetósfera, con el consecuente aumento en la radiación solar y cósmica que incide sobre la Tierra.

La afectación del campo magnético, según los cálculos más precisos proporcionados por la red internacional de observatorios geomagnéticos orbitales y terrestres, representa de un 10 a un 15 por ciento de los niveles observados hace 150 años. Aunque tal variación se encuentre dentro de los límites normales observados en eventos prehistóricos de fluctuación magnética, particular énfasis en la observación sobre el fenómeno se realiza actualmente, a efecto de conocerlo más a fondo y tomar medidas de protección y de remediación ante una probable agravación de sus efectos en el futuro.
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El ejemplo más descriptivo de los efectos cósmicos sobre un planeta sin protección magnética es el planeta Marte, cuerpo celeste que se considera tenía condiciones primigenias similares a las de la Tierra, en lo concerniente a poseer un campo magnético bien desarrollado, vastos océanos de agua y una densa atmósfera.

Estas características planetarias, fundamentales para el desarrollo de la vida, tuvieron un proceso de descomposición acelerado tras el impacto de un par de grandes meteoritos sobre la superficie del hemisferio sur marciano, fenómeno que según la teoría científica más aceptada, acabó con el campo magnético del planeta, abriendo la puerta para que el viento solar y la radiación cósmica erosionaran las moléculas de la atmósfera y del agua superficial, transformando a Marte en un auténtico desierto congelado con una atmósfera residual.

Fuentes: US Geological Survey, Nature Geoscience, IP/PGQ-XI-2009.

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