Por Senadora Minerva Hernández Ramos
Luego de que la semana pasada, la discusión del paquete presupuestal acaparara la atención de millones de ciudadanos, hoy conviene hacer una rápida evaluación de lo ocurrido en los últimos días en las dos cámaras del Congreso de la Unión.
Para nadie es un secreto que nuestro país está viviendo una severa crisis económica, la mayor y más profunda desde hace siete décadas, la producción, el empleo, el bienestar de la población han sufrido un considerable deterioro, si bien los efectos sociales son aún difíciles de evaluar, es evidente que los niveles de pobreza se están agudizando y alcanzarán aún más elevar los indicadores históricos.
Ante esta problemática, la respuesta del partido en el gobierno ha sido recurrente, imponer mayores cargas tributarias a los contribuyentes de siempre, sin tocar a las selectas clientelas que se mantienen en regímenes privilegiados sin pagar impuestos.
Su propuesta lejos de impulsar un programa que reactive la economía, el empleo, el campo y el desarrollo en infraestructura, parece haberse diseñado para todo lo contrario.
El Grupo Parlamentario del PRD durante todo este proceso de reflexión y de discusión sobre la política económica, la política de ingresos y la política fiscal, rechazó sin titubeo alguno la propuesta, toda vez que en momentos de crisis resultaría regresivo el gravar con más y nuevos impuestos a la población.
En el PRD planteamos alternativas para recaudar sin aumentar los impuestos; nuestras propuestas incluían la incorporación al régimen de tributación a todas aquellas empresas que se han aprovechado de los vacíos legales para no pagar.
Nosotros planteamos, la eliminación de la consolidación fiscal; desaparecer los regímenes especiales; ampliar el número de contribuyentes, todo esto acompañado de una completa reingeniería del gasto. Sin embargo, ninguna deestas propuestas fue aprobada en el paquete económico.
Mientras esto sucedía en la fracción del PRD, nuestros legisladores federales panistas, aprobaban un conjunto de propuestas encaminadasa profundizar el estancamiento de nuestra economía. Un conjunto de medidas contrarias a las que están realizando otros gobiernos del mundo y que les ha permitido crecer.
Dadas las circunstancias prevemos que no va a haber crecimiento de nuestro Producto Interno Bruto, que van a quebrar más fábricas y que más padres y madres de familia se van a quedar en condiciones de pobreza y de marginalidad. Muchos expertos y analistas lo han anticipado. La cuerda ya no aguanta un estirón más.
El PAN fue a la campaña electoral pasada prometiendo y comprometiéndose a que en el Congreso iba a luchar por el pueblo, asegurando que serían “nuestra voz en el Congreso”. Evidentemente, su compromiso real con el pueblo, al que persiguieron en campaña, nunca ha existido.
En este sentido, el partido en el gobierno debiera entender que antes de su compromiso con su jefe político, está primero su compromiso con los electores a quienes representan.
Es obvio que Acción Nacional ha olvidado sus compromisos de campaña en julio y ha votado para que el Impuesto al Valor Agregado se incremente y cuesten más los productos que todos los mexicanos consumimos.
Me parece vergonzoso que hoy algunos legisladores estén diciendo que este paquete va a contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población, cuando saben que lo aprobado va a lesionar las condiciones de vida de la gran mayoría de la población, que va llevar a la quiebra a pequeñas y medianas empresas dispensando a los grandes consorcios, a los grandes causantes para que sigan con los privilegios de no pagar los impuestos debidos.
En este sentido, la ciudadanía tiene derecho a estar bien informada de quiénes son los responsables, de quiénes son los causantes del deterioro de sus condiciones de vida. Hoy nadie puede llamarse sorprendido de quién asumió que posición.
Todas las fuerzas políticas estamos obligadas a contribuir a que la circunstancia adversa que hoy se nos presenta la situación económica, sea traducida con la unidad de propósitos y la convergencia de voluntades, en un gran salto cualitativo hacia la nación plena que todos los mexicanos queremos.
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