Por: Patricio González Quintanilla.
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Considerado el cuarto lago más grande del mundo hace solamente 40 años, con un tamaño similar al de la isla de Irlanda, el Mar de Aral en Eurasia sufrió una desecación creciente que originó un desastre ecológico sin precedentes a nivel mundial.
Al represarse los ríos que alimentaban al Mar de Aral en favor de irrigar vastas áreas de algodón en la década de los sesentas, la extinta Unión Soviética prácticamente acabó con el lago. Debido al aumento en la salinidad superficial en las áreas desecadas y a la exposición de las mismas al viento, se afectó toda la región agrícola a 500 kilómetros a la redonda de la línea costera original del lago; se redujo el espejo de agua en un 90 porciento y se perdieron las pesquerías nativas de especies de agua dulce, como el lucio y la carpa, que representaban la principal fuente de recursos económicos de la región, con 40,000 toneladas anuales de capturas antes del inicio de la desecación.
Afortunadamente, una de las ahora 2 naciones independientes que rodean el lecho del Mar de Aral, Kazakstán, decidió cambiar de estrategia y tratar de recuperar la sección Norte del lago interior, y con el apoyo financiero del Banco Mundial, construyó en el año 2005 la represa Kok-Aral, para recanalizar las aguas del Rìo Syr Darya y devolverlas al Mar de Aral, con lo que se esta logrando elevar el nivel de agua de manera consistente, al momento equivalente a 38 metros adicionales de agua completamente dulce. Esto está disminuyendo la salinidad del lago y rehabilitando rápidamente el ecosistema de esta parte del gran Mar a sus condiciones originales.
Como evidencia, el otrora puerto pesquero de Aralsk, que quedó en su momento como poblado fantasma de barcos sobre arena y con la línea de costa del lago a cien kilómetros de distancia, ahora solamente la tiene a 25 kilómetros, el nivel del agua sigue subiendo, las pesquerías de carpa y lucio en el cuerpo de agua se recupera sorprendentemente (7,000 toneladas de capturas en 2007) y el clima vuelve a ser más fresco.
Se espera que el ejemplo de Kazakstán motive en su momento a Uzbekistán, país que tiene soberanía sobre las dos terceras partes del lecho del lago, a restaurar por lo menos una parte del cuerpo de agua de la sección Sur del Mar de Aral, ya que una buena extensión del lecho desecado esta siendo explorado en busca de petróleo, y además el cultivo de algodón les sigue siendo muy rentable..
Debido al alta salinidad del agua en esta sección Sur, fue introducida, como medida de emergencia para mantener una pesquería rentable, una especie eurihalina resistente a los cambios de salinidad, el lenguado, pero desgraciadamente resultó con menores rendimientos de pesca que las especies de agua dulce nativas. La recuperación de esta parte del Mar de Aral dependerá de que Uzbekistan decida a cambiar algodón por peces, agua salada por agua dulce y generar un clima más agradable. Esto, obviamente, si no encuentran petróleo.
Fuentes: US Geological Survey, Investigación propia. PGQ-XI-2009.
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