Por: Patricio González Quintanilla.
patgq52@gmail.com
El índice de deforestación de la selva amazónica brasileña ha descendido en un 64 por ciento desde el año 2005, conforme se revela en un estudio realizado, entre otros participantes, por el Woods Hole Research Center de Massachussetts y el Instituto de Pesquisa Ambiental Da Amazonia del Brasil, reporte publicado en la edición del 4 de Diciembre en la revista Science.
Conforme se desprende del estudio mencionado, la tendencia a la baja se debe tanto a los esfuerzos gubernamentales por detenerla, soportados por colaboración internacional, como por un cambio en las tendencias del mercado para los productos provenientes de las zonas deforestadas.
La selva amazónica brasileña aún posee 80 puntos porcentuales de su extensión original, y particularmente se prevé, que si las acciones actuales se mantienen, la deforestación en la región podría suprimirse definitivamente en muy corto plazo, hacia el año 2020.
Las principales acciones tomadas hasta el momento incluyen:
a) Combatir eficazmente las actividades ilegales, como el talado clandestino y la quema de selva, con apoyo de las comunidades y de rancheros locales.
b) Restringir en la cadena de abastecimiento, mediante una transición en el comportamiento del mercado interno, la participación de productos que provengan de áreas de nueva deforestación.
c) Retracción en el apoyo gubernamental hacia las agroindustrias de la ganadería y el cultivo de soya y de la palma de aceite en las zonas más sensibles.
Desde el año 2008, Brasil se había comprometido, en las conversaciones de cambio climático ante las Naciones Unidas, a reducir sus niveles de deforestación en un 20 por ciento hacia el año 2020. Las decididas acciones adoptadas motivaron a Noruega a comprometer unilateralmente un billón de dólares al esfuerzo del país sudamericano, y que conforme a los avances observados a la fecha, sugieren, en el futuro inmediato, un mayor aporte económico por parte de países como Estados Unidos y de la Unión Europea.
Se estima que para conseguir el objetivo del 2020 de cero deforestación, Brasil, apoyado por la comunidad internacional, deberá invertir entre 7 a 18 billones de dólares en el período 2010-2020, adicionales a su presupuesto soberano. Estos recursos podrán ser obtenidos mediante el mecanismo REDD (por Reducir Emisiones por Deforestación y Degradación) de la ONU; o mediante la venta de créditos en el mercado de bonos de carbono. Esto supondrá una reducción del 2 al 5 por ciento en las emisiones globales de bióxido de carbono para entonces.
Fuentes: Science Magazine, Geology News. PGQ-XII-2009.
patgq52@gmail.com
El índice de deforestación de la selva amazónica brasileña ha descendido en un 64 por ciento desde el año 2005, conforme se revela en un estudio realizado, entre otros participantes, por el Woods Hole Research Center de Massachussetts y el Instituto de Pesquisa Ambiental Da Amazonia del Brasil, reporte publicado en la edición del 4 de Diciembre en la revista Science.
Conforme se desprende del estudio mencionado, la tendencia a la baja se debe tanto a los esfuerzos gubernamentales por detenerla, soportados por colaboración internacional, como por un cambio en las tendencias del mercado para los productos provenientes de las zonas deforestadas.
La selva amazónica brasileña aún posee 80 puntos porcentuales de su extensión original, y particularmente se prevé, que si las acciones actuales se mantienen, la deforestación en la región podría suprimirse definitivamente en muy corto plazo, hacia el año 2020.
Las principales acciones tomadas hasta el momento incluyen:
a) Combatir eficazmente las actividades ilegales, como el talado clandestino y la quema de selva, con apoyo de las comunidades y de rancheros locales.
b) Restringir en la cadena de abastecimiento, mediante una transición en el comportamiento del mercado interno, la participación de productos que provengan de áreas de nueva deforestación.
c) Retracción en el apoyo gubernamental hacia las agroindustrias de la ganadería y el cultivo de soya y de la palma de aceite en las zonas más sensibles.
Desde el año 2008, Brasil se había comprometido, en las conversaciones de cambio climático ante las Naciones Unidas, a reducir sus niveles de deforestación en un 20 por ciento hacia el año 2020. Las decididas acciones adoptadas motivaron a Noruega a comprometer unilateralmente un billón de dólares al esfuerzo del país sudamericano, y que conforme a los avances observados a la fecha, sugieren, en el futuro inmediato, un mayor aporte económico por parte de países como Estados Unidos y de la Unión Europea.
Se estima que para conseguir el objetivo del 2020 de cero deforestación, Brasil, apoyado por la comunidad internacional, deberá invertir entre 7 a 18 billones de dólares en el período 2010-2020, adicionales a su presupuesto soberano. Estos recursos podrán ser obtenidos mediante el mecanismo REDD (por Reducir Emisiones por Deforestación y Degradación) de la ONU; o mediante la venta de créditos en el mercado de bonos de carbono. Esto supondrá una reducción del 2 al 5 por ciento en las emisiones globales de bióxido de carbono para entonces.
Fuentes: Science Magazine, Geology News. PGQ-XII-2009.
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