La tradición del "niño perdido" aún sigue viva en Tuxpan. Tengo casi tres años viviendo en este hermosa ciudad, y observo con gusto que las familias continuan conviviendo en torno a sus costumbres.
Que gusto ver chiquillos jalando sus cochecitos, acompañados de sus abuelos y de sus padres, disfrutando un "troletole", un algodón de azúcar, plátanos fritos y manzanas azucaradas.
Jose Alfredo Jiménez en alguna de sus maravillosas canciones dijo que las ciudades destryen las costumbres. ¿Será que Tuxpan perderá sus costumbres en aras del progreso y de la modernidad? ¿Quien hará los carritos de los níños el próximo año, si las familias están emigrando a otras ciudades en busca de mejores oportunidades de vida? ¿Quien encenderá las velitas para que el Niño Perdido regrese a casa?
Usted apreciable lector ¿Qué opina?
Hasta la próxima.
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