sábado, 30 de enero de 2010

EL SISTEMA MATA VIEJITAS



Veracruz vive en la impunidad en actividades como el transporte público, el comercio informal y la ocupación ilegal de áreas verdes y de equipamiento. Este fenómeno no es nuevo pero ha crecido desproporcionadamente en los últimos años en lugares como Xalapa y el puerto de Veracruz. Todas esas actividades que transgreden las leyes tiene promotores perfectamente identificadas quienes, al gozar de impunidad y otro tipo de apoyos, alientan el mantenimiento y la expansión de hechos de ese tipo: informales, violentos, irregulares, manipulados, de sangre, incivilizados, clientelares y de negocios.

En el caso del transporte público ya estamos ante una amenaza social, con muchos muertos y heridos bajo sus ruedas, en virtud de su funcionamiento sin regulación y poco profesional. Veamos: la línea de la muerte empieza con chóferes mal capacitados y mal pagados, sigue con autobuses viejos o sin mantenimiento, continua con propietarios voraces y flojos y se redondea con autoridades omisas y corruptas. Este círculo vicioso se embarnece con intereses económicos y políticos.
Los comerciantes informales ocupan calles, banquetas y plazas en detrimento del disfrute colectivo de esos espacios que son públicos. Su forma de actuar los configura como grupos de presión que utilizan sus redes clientelares al servicio de funcionarios, políticos en lo particular y el PRI.

Los que invaden terrenos, que obviamente no les pertenecen, muchas veces de áreas verdes o de equipamiento, son encabezados por grillos y vivales que saben que lo peor que les pueden pasar es que les den otro lugar. A veces alguna autoridad denuncia sin que la procuraduría de justicia proceda porque se manejan con “criterio político”.

En los tres casos mencionados se trata de bases sociales de apoyo a los funcionarios y candidatos del partido tricolor, por lo tanto, mientras estén enlazados por el cálculo electoral y el interés político son problemas que nunca se van a resolver y que ponen en duda y dejan para después la vigencia del estado de derecho.

Se dice, por error o conveniencia, que tal o cual factor influye y determina cada uno de esos que ya se volvieron grandes problemas por la negligencia o la complicidad de todo tipo de autoridades. Hablando en claro se debe partir de que estamos ante un verdadero sistema donde se involucra el manejo económico y político, quedando las leyes supeditadas totalmente. Tanto las reglas como el interés general pasan a un segundo plano ante el contubernio de liderzuelos y autoridades. No se deben ver esos asuntos en sus lados parciales ya que de esa manera no entenderíamos nada y nunca les encontraríamos solución. Estamos ante un sistema cuya transformación implica decisión y voluntad políticas, para lo cual se requiere acciones de autoridad que pongan por delante la aplicación de la ley y el interés de los ciudadanos. Lo contrario son parchecitos, simulaciones y tomaduras de pelo.

Más allá de cualquier tinte amarillista estos temas han adquirido centralidad en los medios de comunicación y en la opinión pública, generándose un estimulante involucramiento de grupos y personas en el debate y en la búsqueda de soluciones. Cada atropellado por el transporte público, que casi siempre son personas de la tercera edad, cada invasión de terrenos y cada despliegue ofensivo del comercio informal ya están generando atención, rechazo y críticas de la ciudadanía lo cual va a elevar la sanción social y el costo político de las autoridades que se hagan “ mensas”.

Para enfilarnos hacia soluciones reales en cada uno de los tres casos donde reina la impunidad en Veracruz, tendrán que tomarse medidas enérgicas y transparentes; por ejemplo, tienen que colocarse en internet las cancelaciones de las concesiones de los autobuses que hayan atropellado y dado muerte a los peatones; así mismo, tienen que ejecutarse las ordenes de aprehensión en contra de los lidercillos que se han apoderado de terrenos públicos de Xalapa, a manera de lección que inhiba la rapacidad de esos delincuentes; esta medida debe aparejarse con el cese fulminante de las autoridades que sean omisas o cómplices con todos esos hechos ilegales.


Recadito: A Xalapa le urge política social y ley.

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