lunes, 1 de febrero de 2010

Pulso crítico...Alianza de centro izquierda, nuevo intento fallido




J. Enrique Olivera Arce

La semana anterior consideraba que para bien de México era deseable que la anunciada alianza de los partidos políticos de centro izquierda fructificara, anteponiéndose el interés general de la Nación a intereses espurios de personas o de grupos. A unos días del anuncio de la presunta alianza, la terca realidad terminó por imponerse, dando al traste con la iniciativa; la tan cacaraqueada alianza nació muerta, víctima de los intereses creados al interior del PRD, Convergencia y PT, sobre todo del primero que de manera reiterada da muestras de incivilidad y oportunismo en la permanente pugna tribal de búsqueda del poder por el poder mismo, incluido el manejo arbitrario y faccioso de las prerrogativas que el pueblo de México les otorga.
Lo más grave de la fallida alianza es el hecho de que incapaces de llegar a un acuerdo racional, los partidos políticos en cuestión se dejaron envolver por el canto de las sirenas, incorporando en la agenda una cuestionada alianza con el PAN en diversas entidades federativas en las que tendrán lugar elecciones en el presente año, entregando sin lucha la plaza al enemigo. Lo que a su vez implica renunciar a compromisos previamente contraídos tanto con la militancia como con muy diversos movimientos sociales que contemplaran en la unidad de los partidos de centro izquierda un camino para avanzar.
Ni el PRD ni sus presuntos aliados alcanzaron a vislumbrar que la derecha les tendió la mano no por fortaleza, sino por todo lo contrario; conciente de su debilidad frente a un PRI que electoralmente va con todo y por todo, el PAN, con Calderón Hinojosa a la cabeza, pretende fortalecerse haciendo acopio de las fuerzas de su oponente natural, enemigo presuntamente jurado del “espurio” y todo lo que huela a rancio conservadurismo y retroceso. La advertencia de Andrés Manuel López Obrador y su movimiento social no fue escuchada, pesando más la ilusión de colgarse del panismo en la búsqueda de las migajas de la mesa de una derecha ensoberbecida.
Tampoco los partidos de centro izquierda vislumbraron en el desgarre de vestiduras de lo más conservador del priísmo, que el temor del PRI a una alianza del PAN con sus enemigos no es por temerle electoralmente a un panismo de antemano derrotado por su propio guía moral, Felipe Calderón y su desgobierno, no. A mi juicio su temor radica en la sola posibilidad de que una alianza de centro izquierda, por más coyuntural que esta pudiera ser, no solo le restara votos frente a un panismo en decadencia, también el que ésta diera lugar a un frente amplio social que, en el 2012, pusiera en riesgo a la partidocracia que hoy mantiene secuestrada a la voluntad popular.
Partiendo de este último supuesto, no es de extrañarse que Beatriz Paredes se pronuncie en contra de las candidaturas independientes que pudieran surgir de un movimiento social fuera del control de la partidocracia, a la par que sataniza cualquier tipo de alianza que no sea del PRI con sus tradicionales satélites.
Como tampoco es circunstancial que en Veracruz, entidad federativa en la que en julio próximo habrá de elegirse gobernador, diputados locales y 212 alcaldes, Fidel Herrera Beltrán haya concentrado su operación política y mediática en la destrucción de los partidos de centro izquierda y no en liquidar electoralmente a un panismo al que solo le cuestiona la presunta designación de Miguel Ángel Yunes Linares como candidato a la gubernatura, confiando en el rechazo natural de la ciudadanía a las nefastas políticas públicas de Calderón Hinojosa que lastiman los bolsillos de la mayoría de los veracruzanos.
En Veracruz no hay condiciones para ningún tipo de alianza de centro izquierda y mucho menos del PRD, PT y Convergencia con el PAN, proclaman ufanos los priístas con toda razón, cuando es público y notorio que la maiceada cúpula del sol azteca en la entidad no puede o más bien no quiere, lograr entendimiento y unidad al interior de sus propias filas, mucho menos ceder espacios a sus presuntos aliados, en tanto que estos últimos en términos prácticos no figuran en el mapa electoral de la entidad, pese a contar con el capital político que deviene de un Dante Delgado Rannauro que apuesta su última carta a una amplia alianza popular en pro de un esperanzador y mejor futuro para Veracruz, en la que tienen cabida sin distingo partidista las dispersas fuerzas de centro izquierda.
Así las cosas, la mentada alianza de los partidos de centro izquierda constituye un intento fallido más en demérito de las fuerzas progresistas del país, cerrándose los caminos para buscar por la vía electoral el cambio que reclama México. Bajo estas circunstancias, con reforma política o sin esta, se consolida la intentona de un indeseable bipartidismo en México, a la par que en Veracruz se consolida el continuismo y la corrupción.
pulsocritico@gmail.com

Fuente:
http://pulsocritico.com

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