miércoles, 24 de febrero de 2010

TIENDA DE RAYA...


Por: Imelda Torres Sandoval

El poder es la probabilidad de tomar decisiones que afecten la vida de otros pese a la resistencia de éstos. Max Weber.

La definición de Weber acerca del poder motivó a muchos sociológos y filósofos a analizar el comportamiento humano bajo condiciones de dominio. Uno de estos autores, D.M. Wrong, realizó un análisis del poder y sus modalidades de ejercicio: para hacer que su poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los temores, a sanciones físicas, al ejercicio de la persuasión, a la manipulación o al compromiso que los no-poderosos tienen con el "sentimiento del deber". Dependiendo de sus bases, Wrong distingue las relaciones que son asimétricas de las que exigen reciprocidad. Dentro de las primeras están la fuerza y la manipulación; dentro de las segundas la persuasión y la autoridad (Wrong: 1980, p. 26).

En esta lógica, el poder que se ejerce por la fuerza encuentra su sustento en la violencia, pero el poder que se ejerce ocultando las intenciones mediante un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de individuos o grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso , encuentra su justificación en la manipulación, o "lavado de cerebro", según el propio Wrong. Este "lavado de cerebro" es igualmente exitoso para inducir a individuos a comprras irreflexivas, o a votar por determinados candidatos.

No hay que confundir manipulación con persuasión. Ya vimos que manipular es inducir una conducta sin reflexión, contrario a la persuasión, donde se pretende convencer al otro con argumentos y justificaciones, que se aceptan sólo después de ser evaluadas independientemente e integrados como base del comportamiento propio.

Sin embargo, la autoridad no puede sostener ni fundamentar su mandato y mucho menos el ejercicio del poder en la manipulación, ni en la persuación ni en la violencia. La autoridad sólo se justifica cuando actúa de la mano con la legalidad y con una estructura orgánica jerarquizada basada en ordenamientos institucionales. Toda autoridad legítima se sustenta en leyes.

Con estas ideas los invitó a analizar lo siguiente:
En este cambio de gobernador y autoridades programada para el 04 de julio ¿nos dejaremos manipular o persuadir por los candidatos?

¿Votaremos de forma irreflexiva como una respuesta insensata a la manipulación ejercida por los medios?

¿Gozaremos en Veracruz en los próximos seis años de una autoridad legítima o de una autoridad cuestionada por la ilegalidad del proceso electoral que le dió el triunfo?

¿Podrá el próximo gobernador ejercer el poder y la autoridad sin que lo acusen de represor? No se nos olvide que el ejercicio del poder, según Weber es la posibilidad de tomar decisiones que afecten a otro aún en contra de su resistencia.

¿Queremos un gobernador que actué al amparo de la legalidad, o queremos un pelele que obedezca los mandatos de quienes realmente ejercen el poder?

Usted apreciable lector ¿qué opina?
Hasta la próxima.

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