Un joven leñador llegó a un equipo de trabajo que estaban talando en una montaña, con el objeto de obtener trabajo.
Lo consiguió y durante su primer día trabajó con denuedo y como resultado, taló muchos árboles.
El segundo día, trabajó tanto como el primero, sin embargo su producción, fué menor que la del primer día.
Durante el tercer día, se propuso mejorar su producción del día anterior. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero sus resultados fueron peores que los días anteriores.
Y así ocurrió a lo largo de toda la semana, su producción decrecía cada día que pasaba
Entonces el capataz, al ver que los resultados del joven leñador día a día empeoraban, le preguntó: ‘‘¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?"
El joven leñador respondió: "no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles".
Cómo ve el joven leñador en su plan de acción no hizo el uso adecuado de su hacha, la herramienta que tenía a su disposición para ser productivo.
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