Por: Tere Quintanilla
7 piezas arqueológicas al final de la administración de Octavio Greer y al inicio de Jerónimo Francisco Folgueras Gordillo fueron expuestas en New York y Bilbao España, algunas de ellas estaban valuadas en 3 millones de dólares de acuerdo al seguro que se presentó en esa ocasión; en el 2005, dichas maravillas arqueológicas retornaron a Tuxpan, sin embargo nunca fueron contempladas por el público y la duda quedó ahí, donde están, porque la sociedad porteña no las puede ver, si fueron admiradas en otras naciones en donde se les reconoció la grandeza cultural e histórica de las civilizaciones que participaron en dicha ejecución de obras prehispánicas.
Ha comenzado el período vacacional, los estudiantes, turistas, amas de casa están llegando a Tuxpan y varios de ellos están preguntando por el museo y los atractivos como la infinidad de obras arqueológicas realizadas por los indígenas y con tristeza recuerdan que hace años había un lugar en el que se podían observar las piezas y que este aspecto se ha perdido, perjudicando la imagen del puerto y de los visitantes, dado que no se tiene la oportunidad de conocer las raíces del pasado de los primeros pobladores.
Doña Esperanza Hernández de García, critica seriamente el que haya cientos de elementos almacenados que nadie saben en donde están, hay dudas razonables de si realmente existen tales piezas o fueron sustraídas, falsificadas, cuestiona el que haya pasado tanto tiempo y no son colocadas en un sitio visible, a la luz del ojo ciudadano.
La Señora considera que ha faltado visión por parte de los responsables de manejar la cultura a nivel local, pero también que el INAH no está haciendo su papel de vigilancia y supervisión; toda vez que ellos tienen el listado arqueológico y deberían revisar o auditar por el bien de los porteños.
7 piezas arqueológicas al final de la administración de Octavio Greer y al inicio de Jerónimo Francisco Folgueras Gordillo fueron expuestas en New York y Bilbao España, algunas de ellas estaban valuadas en 3 millones de dólares de acuerdo al seguro que se presentó en esa ocasión; en el 2005, dichas maravillas arqueológicas retornaron a Tuxpan, sin embargo nunca fueron contempladas por el público y la duda quedó ahí, donde están, porque la sociedad porteña no las puede ver, si fueron admiradas en otras naciones en donde se les reconoció la grandeza cultural e histórica de las civilizaciones que participaron en dicha ejecución de obras prehispánicas.
Ha comenzado el período vacacional, los estudiantes, turistas, amas de casa están llegando a Tuxpan y varios de ellos están preguntando por el museo y los atractivos como la infinidad de obras arqueológicas realizadas por los indígenas y con tristeza recuerdan que hace años había un lugar en el que se podían observar las piezas y que este aspecto se ha perdido, perjudicando la imagen del puerto y de los visitantes, dado que no se tiene la oportunidad de conocer las raíces del pasado de los primeros pobladores.
Doña Esperanza Hernández de García, critica seriamente el que haya cientos de elementos almacenados que nadie saben en donde están, hay dudas razonables de si realmente existen tales piezas o fueron sustraídas, falsificadas, cuestiona el que haya pasado tanto tiempo y no son colocadas en un sitio visible, a la luz del ojo ciudadano.
La Señora considera que ha faltado visión por parte de los responsables de manejar la cultura a nivel local, pero también que el INAH no está haciendo su papel de vigilancia y supervisión; toda vez que ellos tienen el listado arqueológico y deberían revisar o auditar por el bien de los porteños.
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