“El pez mordió el cebo”
Por Roberto López Arán
Estimado Orlando, no cabe duda que la desfachatez viene pintada de rojo… y el cinismo también. Ni un solo comentario le merece a Javier Benítez Ponce el desaseo de buena parte del proceso electoral, en especial el del día de la jornada electoral. Acostumbrado él al estercolero en el Pri (Lladó dixit) le parece menor la compra indiscriminada de votos y la intervención directa de los capacitadores asistentes electorales en las tareas sólo exclusivas de la mesa directiva de casilla, u otras prácticas fraudulentas que ¿son? o fueron tan suyas como su segunda piel.
Guarda silencio en este tema espinoso y, cómodo, se despeña en atacar el pasado priista del senador Dante Delgado. Seguramente Javier Benítez fue zalamero con Dante Delgado cuando este fue secretario de gobierno y gobernador; ahora que no hay nada que mamarle pues a morder la chiche. No le culpo a Javier Benítez, es la naturaleza acomodaticia de un priista añejo que no concibe otro empleo u otra forma de vida, que no sea el de vivir del presupuesto público.
Pd. Javier Benítez es atolondrado y divertido; los parroquianos del café donde escuchó ese mal chiste lo pueden suscribir. Imposible entablar una escaramuza verbal con Javier Benítez, la derrota sería anunciada. Hábil en los dimes y diretes su espíritu inescrupuloso le da ventaja sobre el más avieso. En la escritura, en la polémica escrita resbala.
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