Aunque sólo unas zonas vieron dañadas sus costas, la fuga en el Golfo ha afectado a todo el turismo; los pequeños negocios que viven de los visitantes registran cancelaciones y pérdidas por el derrame
Por: Catherine Clifford
El turismo actúa como si las playas del noroeste de Florida, conocido como Panhandle, estuvieran cubiertas de petróleo. Esa conducta perjudica a muchas comunidades, como Destin.
Lo único que llegó a las playas de Destin a fines de julio fue la "alfombra verde", inofensivas algas que tocan la orilla cada año. Un bañista aquí y allá, muy pocos. Muy poca gente.
La petrolera BP ha taponado el pozo del derrame. Pero la economía de Destin ha sido golpeada por el fantasma del efecto dominó: el temor generalizado de los turistas de que el petróleo ha destrozado su costa.
La empresa de buceo Destin Snorkel ha sufrido las consecuencias, sus ingresos cayeron 60%, según Val Costley, uno de sus socios. "Todos los días recibo llamadas: ¿Están buceando entre petróleo? Nos han pintado como si estuviéramos destruidos y eso no es verdad" indica.
Trevor y Sarah Ladner, propietarios de WhiteSandVacationRentals.com, han registrado un aumento del 30% en la cancelación de reservas. Alquilan siete casas en Destin. "Es el temor que tiene la gente, una idea equivocada. Imaginan una marea negra en la playa" explica Trevor.
Destin, ubicada a una hora al este de Pensacola en la costa del Golfo de México, sí ha visto pequeñas ‘galletas' de petróleo recalar en sus playas, pero el personal de BP limpió todos los restos. Algunos trabajadores han permanecido en el lugar, pero tienen poco quehacer además de recoger basura.
Charles Noonan, dueño del hotel Inn on Destin Harbor, tiene una casa justo frente a la playa. "Me levanto cada mañana y paseo a mi perro y no hemos visto crudo tocar la playa" indica. Noonan sabe que hay algunas pequeñas manchas en el litoral de Destin, pero no ha visto ninguna.
Fuera de proporción
El problema para los negocios en la zona es que muchos vacacionistas cambiaron su viaje a Florida este año basándose en lo que veían por televisión. Los medios de comunicación nacionales no han diferenciado entre las playas de Florida afectadas por el petróleo y las que están limpias, lo que condujo a muchos turistas a cancelar sus planes.
Entre mayo y junio, Inn on Destin Harbor perdió reservaciones por valor de 102,000 dólares. Y julio fue peor, con una ocupación usual de 90% en ese mes, este año la ocupación del hotel cayó 30%. Para atraer a los clientes, el hotel redujo sus tarifas un 20%.
Nanoon confía en que una vez taponado el pozo, los turistas regresen: el último fin de semana de julio su hotel registró más reservaciones.
Derrame inoportuno
El vertido de crudo ha sido especialmente perjudicial para los negocios que funcionan en temporada de verano. Antes del incidente, el 2010 prometía ser un buen año para los comercios de la zona.
"Marzo y abril fueron tan buenos que pensamos que la recesión había terminado y que estábamos en camino de un año estupendo" señala Noonan.
El negocio de Destin Snorkel también iba bien antes del derrame. La compañía amplió sus servicios para ofrecer ‘snuba', una combinación de scuba y snorkeling. Pero para junio, los ingresos cayeron 40%.
"Desde luego que es una gran noticia que hayan conseguido taparlo, pero es demasiado tarde para salvar esta temporada. Las familias que vacacionan ya han decidido su destino" indica Costley.
Para Paul Barcus, dueño de la heladería Cold Stone Creamery, el daño ya está hecho, sus ventas disminuyeron 15% y sabe que no habrá tiempo para recuperarse: los estudiantes regresan a la escuela el 12 de agosto, eso marca el punto final a la temporada vacacional
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