El climaterio y la menopausia, son procesos normales que la mujer no debe asumir como una enfermedad, sino como una fase de transición en la que pueden presentarse síntomas o trastornos físicos y anímicos, mismos que se disminuyen o eliminan si ella se mantiene informada sobre el tema, aseguró Gerardo Díaz Morales.
Dijo que el ejercicio regular, evitar el consumo de cafeína, tener una alimentación baja en grasa y más abundante en frutas y vegetales, así como dejar de fumar y mantener un peso adecuado, son modificaciones en el estilo de vida que ayudan a enfrentar mejor el climaterio, etapa en la que se presentan bochornos, sudoración, irregularidades en la menstruación, y que dura aproximadamente diez años, cinco antes y cinco después de la menopausia, que es el cese definitivo del sangrado.
El cambio de estilo de vida también contribuirá a mejorar las manifestaciones posteriores a la menopausia como cuando los hijos crecen y se van del hogar, los cambios físicos y de carácter por la edad, insomnio, y la disminución del apetito sexual.
Externó que es importante que la mujer conozca lo que puede esperar le suceda en esas etapas de su vida, así como la mejor manera de controlar y disminuir sus efectos adversos, a fin de que pueda transitar todo ese largo período de tiempo de una manera más fácil.
Precisó que la menopausia se refiere única y exclusivamente al día en que se deja de menstruar, lo cual ocurre alrededor de los 47 años, aunque puede ser hasta después de los cincuenta, según el metabolismo de cada mujer.
Durante los primeros cinco años del climaterio -antes de que ocurra la menopausia-, la capacidad de fertilidad se disminuye, pero todavía hay posibilidades de un embarazo y es muy probable que ha esa edad no sea bienvenido, por lo que se deben tomar las medidas pertinentes en cuanto a la protección anticonceptiva.
Explicó que las hormonas producidas por los ovarios incluyen las diversas formas de estrógeno (también el estradiol), progesterona y prolactina, mismas que disminuyen con la menopausia, aunque continúan produciendo pequeñas cantidades de testosterona. También se reduce la producción de las hormonas de la glándula pituitaria.
Los cambios son en todo el sistema reproductivo. Las paredes vaginales se vuelven menos elásticas, menos rígidas y más delgadas, y la vagina se hace más pequeña. Se disminuye el tejido genital externo (atrofia de los labios) y las secreciones se vuelven escasas y acuosas. Hay dificultad para sentirse estimulada, a causa de los cambios hormonales y las molestias en la vagina.
Durante la premenopausia lo más común son los bochornos, los cuales, aunque pueden presentarse en todo el cuerpo, son más frecuentes en la parte superior. Aumenta la temperatura sin ninguna señal anticipada; la cara y el cuello se ruborizan, incluso es posible que aparezcan erupciones rojas en el pecho, espalda y brazos, para luego continuar con sudoración y escalofríos.
La fatiga o cansancio, esta presente durante el climaterio, y son probables los problemas para dormir, para levantarse temprano o para volver a concluir el sueño después de haberse despertado en medio de la noche.
Los cambios más evidentes son: aumento de peso en el área de la cintura, pérdida de masa muscular y aumento del tejido graso, así como adelgazamiento y disminución de la elasticidad de la piel y tamaño de los senos.
En la postmenopausia desaparecen los bochornos, y los sudores nocturnos, pero el nivel bajo de estrógeno conlleva otros efectos dañinos a largo plazo, sobre todo en órganos como los huesos (osteoporosis, que es la pérdida de masa ósea), corazón (porque tienden a elevarse los niveles de colesterol), vagina (por la transformación que sufre aumenta la posibilidad de infecciones), vejiga (se puede presentar incontinencia urinaria), piel (más seca y arrugada), y el cabello se adelgaza.
Al concluir mencionó, que las pacientes con síntomas deben evitar la automedicación y que en los casos de moderado a severos deben acudir con su médico para que se valore el inicio de la terapia hormonal de reemplazo.
Dijo que el ejercicio regular, evitar el consumo de cafeína, tener una alimentación baja en grasa y más abundante en frutas y vegetales, así como dejar de fumar y mantener un peso adecuado, son modificaciones en el estilo de vida que ayudan a enfrentar mejor el climaterio, etapa en la que se presentan bochornos, sudoración, irregularidades en la menstruación, y que dura aproximadamente diez años, cinco antes y cinco después de la menopausia, que es el cese definitivo del sangrado.
El cambio de estilo de vida también contribuirá a mejorar las manifestaciones posteriores a la menopausia como cuando los hijos crecen y se van del hogar, los cambios físicos y de carácter por la edad, insomnio, y la disminución del apetito sexual.
Externó que es importante que la mujer conozca lo que puede esperar le suceda en esas etapas de su vida, así como la mejor manera de controlar y disminuir sus efectos adversos, a fin de que pueda transitar todo ese largo período de tiempo de una manera más fácil.
Precisó que la menopausia se refiere única y exclusivamente al día en que se deja de menstruar, lo cual ocurre alrededor de los 47 años, aunque puede ser hasta después de los cincuenta, según el metabolismo de cada mujer.
Durante los primeros cinco años del climaterio -antes de que ocurra la menopausia-, la capacidad de fertilidad se disminuye, pero todavía hay posibilidades de un embarazo y es muy probable que ha esa edad no sea bienvenido, por lo que se deben tomar las medidas pertinentes en cuanto a la protección anticonceptiva.
Explicó que las hormonas producidas por los ovarios incluyen las diversas formas de estrógeno (también el estradiol), progesterona y prolactina, mismas que disminuyen con la menopausia, aunque continúan produciendo pequeñas cantidades de testosterona. También se reduce la producción de las hormonas de la glándula pituitaria.
Los cambios son en todo el sistema reproductivo. Las paredes vaginales se vuelven menos elásticas, menos rígidas y más delgadas, y la vagina se hace más pequeña. Se disminuye el tejido genital externo (atrofia de los labios) y las secreciones se vuelven escasas y acuosas. Hay dificultad para sentirse estimulada, a causa de los cambios hormonales y las molestias en la vagina.
Durante la premenopausia lo más común son los bochornos, los cuales, aunque pueden presentarse en todo el cuerpo, son más frecuentes en la parte superior. Aumenta la temperatura sin ninguna señal anticipada; la cara y el cuello se ruborizan, incluso es posible que aparezcan erupciones rojas en el pecho, espalda y brazos, para luego continuar con sudoración y escalofríos.
La fatiga o cansancio, esta presente durante el climaterio, y son probables los problemas para dormir, para levantarse temprano o para volver a concluir el sueño después de haberse despertado en medio de la noche.
Los cambios más evidentes son: aumento de peso en el área de la cintura, pérdida de masa muscular y aumento del tejido graso, así como adelgazamiento y disminución de la elasticidad de la piel y tamaño de los senos.
En la postmenopausia desaparecen los bochornos, y los sudores nocturnos, pero el nivel bajo de estrógeno conlleva otros efectos dañinos a largo plazo, sobre todo en órganos como los huesos (osteoporosis, que es la pérdida de masa ósea), corazón (porque tienden a elevarse los niveles de colesterol), vagina (por la transformación que sufre aumenta la posibilidad de infecciones), vejiga (se puede presentar incontinencia urinaria), piel (más seca y arrugada), y el cabello se adelgaza.
Al concluir mencionó, que las pacientes con síntomas deben evitar la automedicación y que en los casos de moderado a severos deben acudir con su médico para que se valore el inicio de la terapia hormonal de reemplazo.
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