El gran poeta de El Salvador, militante del Ejército Revolucionario del Pueblo, había sido acusado por el ERP de traidor y agente de la CIA y más tarde ejecutado. Su familia acusa a miembros del actual gobierno por su muerte.
La idea del gobierno de El Salvador de realizar un homenaje a la figura del poeta Roque Dalton, ejecutado en 1975, chocó con el rechazo tajante de la familia del artista. Dos meses después del 35º aniversario de la muerte y el 75º de su nacimiento, la familia de Dalton renovó su reclamo de justicia y pidió que se termine con el encubrimiento a los culpables del asesinato. El poeta nacido en 1935, militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), había sido acusado de traidor y agente de la CIA por la conducción de esa organización de la izquierda salvadoreña y más tarde ejecutado. Su muerte, como muchas otras de aquella época, quedó impune.
Entre quienes condenaron a Dalton figuraba Joaquín Villalobos, ex comandante guerrillero y uno de los presuntos autores materiales del crimen, según los hijos del poeta. Otro de los acusados por la familia es Jorge Meléndez, alias Comandante Jonás, actual funcionario del gobierno que preside el periodista y hoy militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes. Villalobos también se pasó a la guerrilla del FMLN tras su paso por el ERP. Una vez terminado el conflicto armado en El Salvador el hasta entonces guerrillero se marchó a estudiar a Inglaterra, donde se convirtió en un consultor para la resolución de conflictos internacionales. En los últimos años asesoró a gobiernos de Colombia y México, dos férreos aliados de Washington.
Los hijos del poeta, Juan José, periodista, y Jorge, cineasta (el tercer hijo, Roque Antonio, murió en combate), reclaman que ellos dos y el resto de los sospechosos rompan el pacto de silencio que mantienen desde hace 35 años y que el gobierno de Funes, el primero de la FMLN, destituya a Meléndez, uno de los dos ex líderes del ERP. “El tema se agudizó con las intenciones del gobierno de rendirle una serie de homenajes”, explicó Juan José Dalton. “Es un acto inconsecuente, ética y moralmente, mientras proteja a uno de sus victimarios”, agregó. Ya antes de ser funcionario del actual gobierno, Meléndez había sido denunciado por la familia Dalton. “Fue cuando lo nombraron concejal de la Alcaldía de San Salvador, gobernada por una alianza de izquierda, entre 2007-2009”, recordó.
Autor de una obra literaria que cruzó la búsqueda formal con la denuncia, Roque Dalton cuestionaba la línea militarista del ERP, lo que le valió ser apartado, calumniado y asesinado junto a otro integrante de esa organización, Armando Arteaga. Por eso, explicó Juan José, el 14 de mayo pasado él y su hermano se presentaron ante la Fiscalía General de la República para pedir una investigación seria y exhaustiva.
“Presentamos las declaraciones de Villalobos y de Meléndez como pruebas y confesiones de su culpabilidad en el asesinato. Meléndez dijo públicamente que sabía, que él estuvo ahí y que iba a hablar cuando le diera la gana. Aun así, el presidente Funes lo sigue considerando un ‘genuino colaborador’”, aseguró el hijo del poeta. Está lleno de bronca y por eso él y su familia ya adelantaron que no participarán de ningún acto oficial en homenaje a su padre y hasta llegaron a desautorizar el uso del nombre, la imagen y la obra del reconocido artista para cualquier campaña o publicidad del gobierno de Funes.
El hijo de Dalton es muy crítico del ERP de los setenta. Acusó al ex jefe Edgar Alejandro Rivas Mira de fugarse con todo el dinero de la organización y de haber asesinado a mucha gente más. “Hay casos ocultos que deben ser aclarados”, sentenció. Pero es más moderado cuando habla de la izquierda actual. “Creo que en el seno de la izquierda prevaleció el criterio del pragmatismo y de la conveniencia política por sobre la ética y la moral. Villalobos es cada vez más una farsa. Sus tesis rimbombantes terminan en fracasos”, señaló.
Para Juan José y para artistas de todo el mundo, Dalton fue, en los setenta y aún hoy, uno de los grandes mártires que dejó el largo y sangriento conflicto interno salvadoreño. El autor de El turno del ofendido y Taberna y otros lugares fue la voz crítica en los momentos más oscuros del país y un incansable luchador contra la corrupción y el autoritarismo, que aún sigue vigente en el pequeño y empobrecido país centroamericano. El Salvador es, desde hace años, la nación más violenta del continente americano, con un promedio de doce asesinatos por día.
“Hay quienes sostienen que hay dos salvadoreños universales: monseñor Oscar Arnulfo Romero y Roque Dalton, que dejaron una herencia cultural de valores y de identidad sin paralelo a nivel nacional. Fue el intelectual más destacado y un paradigma moral: el intelectual al servicio de su pueblo”, lo homenajeó, a su manera, su hijo.
La idea del gobierno de El Salvador de realizar un homenaje a la figura del poeta Roque Dalton, ejecutado en 1975, chocó con el rechazo tajante de la familia del artista. Dos meses después del 35º aniversario de la muerte y el 75º de su nacimiento, la familia de Dalton renovó su reclamo de justicia y pidió que se termine con el encubrimiento a los culpables del asesinato. El poeta nacido en 1935, militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), había sido acusado de traidor y agente de la CIA por la conducción de esa organización de la izquierda salvadoreña y más tarde ejecutado. Su muerte, como muchas otras de aquella época, quedó impune.
Entre quienes condenaron a Dalton figuraba Joaquín Villalobos, ex comandante guerrillero y uno de los presuntos autores materiales del crimen, según los hijos del poeta. Otro de los acusados por la familia es Jorge Meléndez, alias Comandante Jonás, actual funcionario del gobierno que preside el periodista y hoy militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes. Villalobos también se pasó a la guerrilla del FMLN tras su paso por el ERP. Una vez terminado el conflicto armado en El Salvador el hasta entonces guerrillero se marchó a estudiar a Inglaterra, donde se convirtió en un consultor para la resolución de conflictos internacionales. En los últimos años asesoró a gobiernos de Colombia y México, dos férreos aliados de Washington.
Los hijos del poeta, Juan José, periodista, y Jorge, cineasta (el tercer hijo, Roque Antonio, murió en combate), reclaman que ellos dos y el resto de los sospechosos rompan el pacto de silencio que mantienen desde hace 35 años y que el gobierno de Funes, el primero de la FMLN, destituya a Meléndez, uno de los dos ex líderes del ERP. “El tema se agudizó con las intenciones del gobierno de rendirle una serie de homenajes”, explicó Juan José Dalton. “Es un acto inconsecuente, ética y moralmente, mientras proteja a uno de sus victimarios”, agregó. Ya antes de ser funcionario del actual gobierno, Meléndez había sido denunciado por la familia Dalton. “Fue cuando lo nombraron concejal de la Alcaldía de San Salvador, gobernada por una alianza de izquierda, entre 2007-2009”, recordó.
Autor de una obra literaria que cruzó la búsqueda formal con la denuncia, Roque Dalton cuestionaba la línea militarista del ERP, lo que le valió ser apartado, calumniado y asesinado junto a otro integrante de esa organización, Armando Arteaga. Por eso, explicó Juan José, el 14 de mayo pasado él y su hermano se presentaron ante la Fiscalía General de la República para pedir una investigación seria y exhaustiva.
“Presentamos las declaraciones de Villalobos y de Meléndez como pruebas y confesiones de su culpabilidad en el asesinato. Meléndez dijo públicamente que sabía, que él estuvo ahí y que iba a hablar cuando le diera la gana. Aun así, el presidente Funes lo sigue considerando un ‘genuino colaborador’”, aseguró el hijo del poeta. Está lleno de bronca y por eso él y su familia ya adelantaron que no participarán de ningún acto oficial en homenaje a su padre y hasta llegaron a desautorizar el uso del nombre, la imagen y la obra del reconocido artista para cualquier campaña o publicidad del gobierno de Funes.
El hijo de Dalton es muy crítico del ERP de los setenta. Acusó al ex jefe Edgar Alejandro Rivas Mira de fugarse con todo el dinero de la organización y de haber asesinado a mucha gente más. “Hay casos ocultos que deben ser aclarados”, sentenció. Pero es más moderado cuando habla de la izquierda actual. “Creo que en el seno de la izquierda prevaleció el criterio del pragmatismo y de la conveniencia política por sobre la ética y la moral. Villalobos es cada vez más una farsa. Sus tesis rimbombantes terminan en fracasos”, señaló.
Para Juan José y para artistas de todo el mundo, Dalton fue, en los setenta y aún hoy, uno de los grandes mártires que dejó el largo y sangriento conflicto interno salvadoreño. El autor de El turno del ofendido y Taberna y otros lugares fue la voz crítica en los momentos más oscuros del país y un incansable luchador contra la corrupción y el autoritarismo, que aún sigue vigente en el pequeño y empobrecido país centroamericano. El Salvador es, desde hace años, la nación más violenta del continente americano, con un promedio de doce asesinatos por día.
“Hay quienes sostienen que hay dos salvadoreños universales: monseñor Oscar Arnulfo Romero y Roque Dalton, que dejaron una herencia cultural de valores y de identidad sin paralelo a nivel nacional. Fue el intelectual más destacado y un paradigma moral: el intelectual al servicio de su pueblo”, lo homenajeó, a su manera, su hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario