domingo, 29 de agosto de 2010

HUELE MAL CABO CORTÉS


El caso Cabo Cortés cada vez huele peor... Lamentablemente, Bruno Ferrari, secretario de Economía, manifestó su apoyo a este proyecto español depredador en Baja California Sur, anteponiendo intereses económicos y restándole importancia a los riesgos ambientales, para el parque nacional marino de Cabo Pulmo, como lo han reconocido investigadores y la misma Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).


Mientras Semarnat está evaluando la autorización concedida a la empresa española Hansa Urbana, tras reconocer que “hacen faltan elementos para garantizar que no habrá ninguna perturbación en un ecosistema que se ha recuperado a su condición natural”; el gobernador de Baja California Sur, Narciso Agúndez se reunió el miércoles 25 de agosto en la ciudad de México con Bruno Ferrari, titular de Economía para insistir en su interés en que Cabo Cortés se construya. A esta reunión fue invitado Rafael Galea, presidente del grupo ibérico Hansa Urbana.

Con esta reunión, el gobierno de Baja California Sur y la Secretaría de Economía están alentando un modelo de turismo depredador para impulsar el empleo en esta entidad, a costa de fuertes impactos al ambiente en la región y violaciones a ordenamientos locales como el programa de ordenamiento ecológico (POEL) de Los Cabos, al habérsele otorgado una concesión para extraer agua para una población de 72 mil personas y permiso para destruir las dunas costeras. Es preocupante la insistencia de Agúndez para que el secretario Ferrari apoye este proyecto, cuando la decisión de cancelarlo recae únicamente en Semarnat.

Desde hace años, en Baja California Sur se ha permitido la construcción de proyectos no sustentables. El crecimiento desmedido de la ciudad de Los Cabos, el rezago en infraestructura y vivienda debido a la dinámica turística (demanda de más servicios por una mayor inmigración) ha sido el principal problema. El 10 por ciento de la zona urbana está integrada por asentamientos irregulares. En la periferia existen zonas marginadas donde predomina la vivienda laminada, sin agua, sin pavimentación ni energía eléctrica.

En promedio, el consumo doméstico de agua por día por habitante en Los Cabos es de 250 litros, mientras que en los hoteles de gran turismo es de 2 mil litros. En los hoteles de 4 a 5 estrellas es de 1,500 litros y en los hoteles de 1 a 3 estrellas es de mil litros. El acuífero de San José del Cabo tiene un déficit de 5.24 millones de metros cúbicos de agua al año y no se cubre la demanda con la oferta de agua y el acuífero de La Paz ya está sobrexplotado. Si se construyera Cabo Cortés, las unidades habitacionales serían casi iguales a las de Cancún y podría generar un crecimiento habitacional entre 200 mil y 300 mil habitantes. Sin embargo, el 33 por ciento del municipio de Los Cabos no cuenta con red de drenaje y el principal problema en el alcantarillado sanitario es la obsolencia de las redes y la carencia de drenaje pluvial. En estas condiciones, crear una nueva ciudad es colapsar los servicios de abasto de agua y drenaje.

Cabo Cortés es un proyecto que huele mal, es sospechosa la forma en que Hansa Urbana y el gobierno de Baja California Sur están presionando a la Semarnat para que acepte modificaciones a este proyecto en vez de cancelarlo por el riesgo ambiental que representa, es inaceptable, pues la misión de la Semarnat es defender de los recursos naturales del país.

El modelo de turismo masivo, de sol y playa y “todo incluido”, como el que promueve Hansa Urbana, ya se aplicó en España en los últimos años. El resultado es una costa convertida en ladrillo y cemento, que ha sido construida al ritmo equivalente a 8 campos de fútbol al día durante 20 años. De ahí se derivan la masificación y contaminación del litoral, y una proliferación escandalosa de investigaciones, juicios y condenas por asuntos de corrupción urbanística. Y ahora que la crisis ha puesto fin al modelo, las empresas españolas quieren exportarlo a otros lugares donde parece que se les recibe con los brazos abiertos.

Cabe recordar que Hansa Urbana es un exponente de un modelo de turismo depredador en España, y acumula investigaciones por parte de la Fiscalía española. Su proyecto “estrella” en la región de Murcia, Novo Carthago (similar a Cabo Cortés aunque de menores dimensiones) está paralizado y sometido a investigación por la Fiscalía por presuntas irregularidades en los procesos de recalificación de los terrenos. Su propio presidente, Rafael Gálea, declaró como imputado ante el juez hace pocas semanas, por un presunto delito contra la Hacienda Pública superior a los seis millones de euros.

Más ciudadanos dicen NO a Cabo Cortés
Cerca de 7 mil personas en menos de una semana han exigido a la empresa Hansa Urbana que cancele la construcción del proyecto Cabo Cortés.

Fuente: Greenpeace...

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