Por: Tere Quintanilla
La playa desde siempre ha sido un atractivo natural admirado por los turistas nacionales y extranjeros, sin embargo ha faltado visión, servicios, calidad para poder explotar toda esa zona, coincidieron varios restauranteros, quienes admiten que no bastan los buenos deseos, sino que se tiene que cambiar de mentalidad para poder enfrentar la ola de visitantes que acudirán a Tuxpan, una vez que concluyan la autopista México Tuxpan.
Admitieron que la certificación de la costa porteña es un bonito objetivo, pero es necesario trabajar conjuntamente con todos los sectores para poder embellecer toda esa zona, dijeron que el actual dirigente de la CANIRAC, Juan Cano Vázquez, tiene buenas ideas, pero no basta la intención de mejorar las cosas, se tiene que caminar de la mano con los niveles federales, estatales y municipales, además de la incorporación de los sectores empresariales para que el proyecto tenga viabilidad.
En reciente reunión celebrada durante el transcurso de la semana, los restauranteros convocaron a todos los prestadores de servicio y a las autoridades electas para implementar no solo la certificación de la playa, sino también, el diseño de un boulevard que contemple a Tuxpan y Tamiahua, unidos por su arena, gastronomía, sol, infraestructura hotelera para forjar el desarrollo de toda esa región que requiere capital humano y financieron.
Explicaron a este medio que no es posible el crecimiento de otras partes como Casitas, Tecolutla, quienes tienen menos potencialidades. Sin embargo, gracias al empuje de los sectores productivos y de sus autoridades, ahora, en forma periódica, cuentan con cientos de personas provenientes del Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Distrito Federal, Hidalgo, hay en los prestadores de servicios los deseos y ganas de progresar, contrariamente en Tuxpan, a veces los domina la apatía, el conformismo y la negligencia de sus gobiernos locales.
Tuxpan, un paraíso por descubrir, sigue siendo un buen concepto que se puede explotar para sacar a flote a quienes se dedican al negocio de la venta de alimentos, sacándole provecho a la variedad culinaria porteña.
La playa desde siempre ha sido un atractivo natural admirado por los turistas nacionales y extranjeros, sin embargo ha faltado visión, servicios, calidad para poder explotar toda esa zona, coincidieron varios restauranteros, quienes admiten que no bastan los buenos deseos, sino que se tiene que cambiar de mentalidad para poder enfrentar la ola de visitantes que acudirán a Tuxpan, una vez que concluyan la autopista México Tuxpan.
Admitieron que la certificación de la costa porteña es un bonito objetivo, pero es necesario trabajar conjuntamente con todos los sectores para poder embellecer toda esa zona, dijeron que el actual dirigente de la CANIRAC, Juan Cano Vázquez, tiene buenas ideas, pero no basta la intención de mejorar las cosas, se tiene que caminar de la mano con los niveles federales, estatales y municipales, además de la incorporación de los sectores empresariales para que el proyecto tenga viabilidad.
En reciente reunión celebrada durante el transcurso de la semana, los restauranteros convocaron a todos los prestadores de servicio y a las autoridades electas para implementar no solo la certificación de la playa, sino también, el diseño de un boulevard que contemple a Tuxpan y Tamiahua, unidos por su arena, gastronomía, sol, infraestructura hotelera para forjar el desarrollo de toda esa región que requiere capital humano y financieron.
Explicaron a este medio que no es posible el crecimiento de otras partes como Casitas, Tecolutla, quienes tienen menos potencialidades. Sin embargo, gracias al empuje de los sectores productivos y de sus autoridades, ahora, en forma periódica, cuentan con cientos de personas provenientes del Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Distrito Federal, Hidalgo, hay en los prestadores de servicios los deseos y ganas de progresar, contrariamente en Tuxpan, a veces los domina la apatía, el conformismo y la negligencia de sus gobiernos locales.
Tuxpan, un paraíso por descubrir, sigue siendo un buen concepto que se puede explotar para sacar a flote a quienes se dedican al negocio de la venta de alimentos, sacándole provecho a la variedad culinaria porteña.
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