Por: Tere Quintanilla
Fotos: Orlando Segura H.
El último evento deportivo en el que sonaron las máquinas y las lanchas en Tuxpan, fue en 1995, en la administración municipal de Salvador Moctezuma Andrade, en aquella época miles de tuxpeños se concentraron en el boulevard y desde ahí contemplaron no solo las veloces embarcaciones, sino también a la divinas mujeres y edecanes que paseaban por ese sitio, presumiendo la publicidad de las empresas cigarreras y cerveceras, bellas ejemplares femeninas que mostraban la poca ropa de los trajes de baños, varios caballeros, recuerdan esas fechas memorables en la que la orilla del río Tuxpan, olía a combustible, gas avión y en donde en cada arranque, “rugían” los motores de las embarcaciones que eran lanzadas muy velozmente para ganar la competencia entre los pilotos que se daban cita para obtener algún trofeo.
Pedro García García, recuerda como hasta con ese pretexto se mandaron hacer ciertas gradas frente a lo que eran las instalaciones de Hacienda Federal, afirma que a un ladito de dicha dependencia, fue diseñada dicha obra para que los visitantes y el público tuxpeño pudiera admirar cómodamente el pasar de las lanchas que deseaban alcanzar alguna presea en el nombre de la alta velocidad.
Para éste fin de semana, 30 competidores tratarán de dejar su huella en el río Tuxpan, se enfrentarán a la técnica de sus adversarios, las ráfagas de viento, las adversidades de la naturaleza, las olas y contra todo ello, a decir de los organizadores tendrán que sortear cada uno de los obstáculos y dificultades para finalmente ganar el evento de la motonáutica.
Se espera la presencia de los habitantes porteños, ahora el punto de reunión será frente a la Unidad Deportiva, ahí darán el banderazo de inicio y a partir de ese instante, las embarcaciones alcanzarán de 110 hasta 180 kilómetros, los expertos indicaron a éste medio que tales cifras parecen muy poca cosa, pero expresaron que se debe de tomar en consideración que el agua no está quieta y que en cualquier instante cambia su fisonomía y oleaje, lo que complica la trayectoria de las naves.
Fotos: Orlando Segura H.
El último evento deportivo en el que sonaron las máquinas y las lanchas en Tuxpan, fue en 1995, en la administración municipal de Salvador Moctezuma Andrade, en aquella época miles de tuxpeños se concentraron en el boulevard y desde ahí contemplaron no solo las veloces embarcaciones, sino también a la divinas mujeres y edecanes que paseaban por ese sitio, presumiendo la publicidad de las empresas cigarreras y cerveceras, bellas ejemplares femeninas que mostraban la poca ropa de los trajes de baños, varios caballeros, recuerdan esas fechas memorables en la que la orilla del río Tuxpan, olía a combustible, gas avión y en donde en cada arranque, “rugían” los motores de las embarcaciones que eran lanzadas muy velozmente para ganar la competencia entre los pilotos que se daban cita para obtener algún trofeo.
Pedro García García, recuerda como hasta con ese pretexto se mandaron hacer ciertas gradas frente a lo que eran las instalaciones de Hacienda Federal, afirma que a un ladito de dicha dependencia, fue diseñada dicha obra para que los visitantes y el público tuxpeño pudiera admirar cómodamente el pasar de las lanchas que deseaban alcanzar alguna presea en el nombre de la alta velocidad.
Para éste fin de semana, 30 competidores tratarán de dejar su huella en el río Tuxpan, se enfrentarán a la técnica de sus adversarios, las ráfagas de viento, las adversidades de la naturaleza, las olas y contra todo ello, a decir de los organizadores tendrán que sortear cada uno de los obstáculos y dificultades para finalmente ganar el evento de la motonáutica.
Se espera la presencia de los habitantes porteños, ahora el punto de reunión será frente a la Unidad Deportiva, ahí darán el banderazo de inicio y a partir de ese instante, las embarcaciones alcanzarán de 110 hasta 180 kilómetros, los expertos indicaron a éste medio que tales cifras parecen muy poca cosa, pero expresaron que se debe de tomar en consideración que el agua no está quieta y que en cualquier instante cambia su fisonomía y oleaje, lo que complica la trayectoria de las naves.
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