Por Orlando Segura Hervert.
La semana pasada se llevó a cabo un simulacro en la zona portuaria, los integrantes de la Armada de México hicieron gala del entrenamiento, la disciplina, gallardía, coordinación de sus elementos ante un eventual ataque de la delincuencia organizada, nada raro en el ejercicio; se observaron acciones que en otros lados están a la orden del día, bombazos, amenazas de ataques con explosivos y toda la cosa, fue eso, un simulacro de derrame de hidrocarburos y permitió ver aciertos y fallas de todos los que tienen que actuar en una situación de peligro latente, en ese contexto también participaron los diferentes niveles de gobierno.
Quizás no nos hemos dado cuenta, pero Tuxpan, ya no es el mismo, se ha transformado en un centro neurálgico, un punto estratégico, un polo de desarrollo, un lugar que perderá la tranquilidad, aquí residen empresas e industrias de alto riesgo, por ejemplo las instalaciones de PEMEX, de ahí sale el 65 por ciento de las gasolinas que se trasladan al Valle de México, aquí se produce un promedio del 9 por ciento de la energía eléctrica generada por la termoeléctrica “Adolfo López Mateos”, la Central Ciclo Combinado, aquí se instaló TOMSA y los tanques de almacenamiento de gas, una de las más importantes del país y no solo eso, de Latinoamérica; aquí se construyen plataformas petroleras que luego son operadas en el golfo de México, en las cercanías de Campeche, aquí están radicadas SWECOMEX, CELASA, quienes en determinadas épocas y de acuerdo a los contratos ganados, invierten millones de pesos y dólares en la ejecución de semejantes proyectos. Son cambios operados sigilosamente que están transformando la fisonomía del municipio, con dichas empresas se tiene que convivir.
Cada una de ellas, por ley, tienen que cumplir con normas de seguridad, con ciertas reglas, con medidas de protección ambiental. Sin embargo, una de las instancias que debe cuidar, vigilar, que todo se haga correctamente en los terrenos del municipio y en el ámbito de su competencia, ha sido excluido, por voluntad o por instrucción de las altas esferas, por negligencia de la autoridad, por falta de conocimiento, luego entonces, Protección Civil, nos ha dejado desprotegidos, tal vez porque desde el poder se le ha pedido que se hagan tíos lolos, quizás porque así conviene a otros intereses que no responden al sentir del pueblo de Tuxpan.
Así las cosas, la nueva administración municipal, tendrán que poner orden en Protección Civil, para que cumpla con su papel, más allá de limpiar zanjitas, barrer calles, levantar la basura de las alcantarillas, que por cierto, esas no son sus funciones, para eso existe limpia pública y obras públicas.
Son ellos, los de Protección Civil, con una visión de largo plazo, los que tienen que detectar los flancos flacos y débiles de aquellas compañías que ya llegaron y se van a quedar por muchos años en el territorio porteño…
Una probable y posible explosión de gran magnitud, cosa que nadie desea ni quiere, causará enormes estragos en los bienes y patrimonios de los tuxpeños…eso es lo que hay que evitar con inteligencia, constancia y circunstancia… (uta, ya sonamos como a Fidel). La bomba de tiempo está ahí, hay que desactivarla con prevención… Hasta pronto. Hasta siempre…
Quizás no nos hemos dado cuenta, pero Tuxpan, ya no es el mismo, se ha transformado en un centro neurálgico, un punto estratégico, un polo de desarrollo, un lugar que perderá la tranquilidad, aquí residen empresas e industrias de alto riesgo, por ejemplo las instalaciones de PEMEX, de ahí sale el 65 por ciento de las gasolinas que se trasladan al Valle de México, aquí se produce un promedio del 9 por ciento de la energía eléctrica generada por la termoeléctrica “Adolfo López Mateos”, la Central Ciclo Combinado, aquí se instaló TOMSA y los tanques de almacenamiento de gas, una de las más importantes del país y no solo eso, de Latinoamérica; aquí se construyen plataformas petroleras que luego son operadas en el golfo de México, en las cercanías de Campeche, aquí están radicadas SWECOMEX, CELASA, quienes en determinadas épocas y de acuerdo a los contratos ganados, invierten millones de pesos y dólares en la ejecución de semejantes proyectos. Son cambios operados sigilosamente que están transformando la fisonomía del municipio, con dichas empresas se tiene que convivir.
Cada una de ellas, por ley, tienen que cumplir con normas de seguridad, con ciertas reglas, con medidas de protección ambiental. Sin embargo, una de las instancias que debe cuidar, vigilar, que todo se haga correctamente en los terrenos del municipio y en el ámbito de su competencia, ha sido excluido, por voluntad o por instrucción de las altas esferas, por negligencia de la autoridad, por falta de conocimiento, luego entonces, Protección Civil, nos ha dejado desprotegidos, tal vez porque desde el poder se le ha pedido que se hagan tíos lolos, quizás porque así conviene a otros intereses que no responden al sentir del pueblo de Tuxpan.
Así las cosas, la nueva administración municipal, tendrán que poner orden en Protección Civil, para que cumpla con su papel, más allá de limpiar zanjitas, barrer calles, levantar la basura de las alcantarillas, que por cierto, esas no son sus funciones, para eso existe limpia pública y obras públicas.
Son ellos, los de Protección Civil, con una visión de largo plazo, los que tienen que detectar los flancos flacos y débiles de aquellas compañías que ya llegaron y se van a quedar por muchos años en el territorio porteño…
Una probable y posible explosión de gran magnitud, cosa que nadie desea ni quiere, causará enormes estragos en los bienes y patrimonios de los tuxpeños…eso es lo que hay que evitar con inteligencia, constancia y circunstancia… (uta, ya sonamos como a Fidel). La bomba de tiempo está ahí, hay que desactivarla con prevención… Hasta pronto. Hasta siempre…
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