Por: Tere Quintanilla/ Orlando Segura Hervert.
El Día del Agente de Tránsito por culpa del funcionario Gilberto Álvaro Peña, paso desapercibido, la gente los castigó y muy pocos ofrecieron alguna moneda o la clásica botella de vino o refresco, y es que no era para menos, durante todo un año, por instrucciones del titular, el personal de la vialidad se encargó de aplicar multas, sancionó por cualquier motivo a los automovilistas, aunado a lo anterior, Álvaro Peña se comportó como un verdadero patán, les gritaba, los ofendió y en forma déspota ordenó que los levantara la grúa, todo ello se combinó para que en esta fecha, muy pocos cooperaron con los hombres y mujeres encargados de la circulación vial.
Alvaro Peña está muy quemado, casi chamuscado, por su actitud soberbia y falta de sensibilidad para tratar al ciudadano, en esta ocasión, los conductores se desquitaron, pasaban de largo, algunos argumentaban en contra del proceder de Gilberto y otros señalaban la crisis económica que se refleja en la ausencia del metálico y circulante en los bolsillos de los habitantes de Tuxpan.
Otros más, en el momento en que les pedían una moneda, indicaron a este medio que ya habían aportado, ya te pague la infracción de 600 pesos, que por cierto, fue injusta, argumentaron que no hubo poder humano para eliminar semejantes sanciones.
Los taxistas y choferes se justificaban con los agentes de tránsito, solo atinaban a decir que a la vuelta se “mocharían” depositando algún dinero en las ánforas o cajas receptoras diseñadas artesanalmente.
En síntesis, la gente no quería dar, trataron de circular por otros lugares en donde no los molestaran, algunos se enojaban y se alejaban inmediatamente de los cruces peatonales, los semáforos ó arterias de mayor afluencia.
Los servidores públicos indicaron a éste medio que ellos no tuvieron ninguna culpa en las actitudes groseras de su jefe, insistieron y así a “regañadientes” los ciudadanos daban ciertas monedas.
Este martes fue una fecha gris, las reiteradas ofensas, acciones deshonestas, altanerías de Gilberto impactaron en el sentir de la población, y ésta se desquitó.
Los automovilistas manifestaron que esperan un mejor trato del que viene, plantearon que esperan que Alberto Silva Ramos no se equivoque en la designación, que por lo menos le enseñen buenos modales y les brinden una atención digna.
El Día del Agente de Tránsito por culpa del funcionario Gilberto Álvaro Peña, paso desapercibido, la gente los castigó y muy pocos ofrecieron alguna moneda o la clásica botella de vino o refresco, y es que no era para menos, durante todo un año, por instrucciones del titular, el personal de la vialidad se encargó de aplicar multas, sancionó por cualquier motivo a los automovilistas, aunado a lo anterior, Álvaro Peña se comportó como un verdadero patán, les gritaba, los ofendió y en forma déspota ordenó que los levantara la grúa, todo ello se combinó para que en esta fecha, muy pocos cooperaron con los hombres y mujeres encargados de la circulación vial.
Alvaro Peña está muy quemado, casi chamuscado, por su actitud soberbia y falta de sensibilidad para tratar al ciudadano, en esta ocasión, los conductores se desquitaron, pasaban de largo, algunos argumentaban en contra del proceder de Gilberto y otros señalaban la crisis económica que se refleja en la ausencia del metálico y circulante en los bolsillos de los habitantes de Tuxpan.
Otros más, en el momento en que les pedían una moneda, indicaron a este medio que ya habían aportado, ya te pague la infracción de 600 pesos, que por cierto, fue injusta, argumentaron que no hubo poder humano para eliminar semejantes sanciones.
Los taxistas y choferes se justificaban con los agentes de tránsito, solo atinaban a decir que a la vuelta se “mocharían” depositando algún dinero en las ánforas o cajas receptoras diseñadas artesanalmente.
En síntesis, la gente no quería dar, trataron de circular por otros lugares en donde no los molestaran, algunos se enojaban y se alejaban inmediatamente de los cruces peatonales, los semáforos ó arterias de mayor afluencia.
Los servidores públicos indicaron a éste medio que ellos no tuvieron ninguna culpa en las actitudes groseras de su jefe, insistieron y así a “regañadientes” los ciudadanos daban ciertas monedas.
Este martes fue una fecha gris, las reiteradas ofensas, acciones deshonestas, altanerías de Gilberto impactaron en el sentir de la población, y ésta se desquitó.
Los automovilistas manifestaron que esperan un mejor trato del que viene, plantearon que esperan que Alberto Silva Ramos no se equivoque en la designación, que por lo menos le enseñen buenos modales y les brinden una atención digna.
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