Por Orlando Segura Hervert…
La promesa reiterada de campaña se cumplió éste sábado, cuando el ayuntamiento porteño arribó a limpiar la playa con todos los funcionarios y ediles, con la maquinaria pesada de obras públicas, con los barrenderos, con el personal de limpia pública y con la asistencia de miles de tuxpeños que acudieron al llamado de su alcalde Alberto Silva Ramos, pero fundamentalmente de los artistas Sebastian Rulli y María Inés, los personajes, conjuntamente con todo el equipo logístico, dieron realce al evento para cambiar la imagen de uno de los atractivos naturales que durante la pasada administración fue severamente abandonado, castigado, descuidado y destruido.
Amas de casa, jóvenes, niños, señores de la tercera edad, discapacitados, ciudadanos de la zona urbana y rural, hicieron acto de presencia y aparte de levantar botes, plásticos, desperdicios, se dieron su tiempo para solicitarle desde un beso hasta un autógrafo a los connotados elementos de la televisión abierta.
Los actores y el presidente municipal llegaron con dos horas de retraso, debido a la neblina en el aeropuerto Tajín, ello provocó que el avión no pudiera aterrizar puntualmente (eso dijeron los voceros del ayuntamiento porteño) tiempo suficiente para que los conductores de una radiodifusora de Poza Rica, “calentaran” los ánimos para el momento esperado, cuestión que sucedió aproximadamente a la una de la tarde, cuando subieron al estrado y dirigieron algunas palabras al público que los recibió con aplausos…
Las multitudes siguen acompañando a Silva Ramos, tienen la esperanza de que la forma de hacer política y compromisos con la ciudadanía, cambien para bien de la sociedad tuxpeña, a diez días de iniciada la gestión municipal, las cosas le han salido satisfactoriamente.
Una dama del público afirmó: “Tenemos dos bombones”, refiriéndose a Beto Silva y Rulli, pero inmediatamente un caballero le reviró: “si, tienes razón, pero también hay un forrazo”, señalando a María Inés, así las cosas, hubo un empate en el comentario emitido entre dos afortunados amigos con rostro de matrimonio juvenil…
La promesa reiterada de campaña se cumplió éste sábado, cuando el ayuntamiento porteño arribó a limpiar la playa con todos los funcionarios y ediles, con la maquinaria pesada de obras públicas, con los barrenderos, con el personal de limpia pública y con la asistencia de miles de tuxpeños que acudieron al llamado de su alcalde Alberto Silva Ramos, pero fundamentalmente de los artistas Sebastian Rulli y María Inés, los personajes, conjuntamente con todo el equipo logístico, dieron realce al evento para cambiar la imagen de uno de los atractivos naturales que durante la pasada administración fue severamente abandonado, castigado, descuidado y destruido.
Amas de casa, jóvenes, niños, señores de la tercera edad, discapacitados, ciudadanos de la zona urbana y rural, hicieron acto de presencia y aparte de levantar botes, plásticos, desperdicios, se dieron su tiempo para solicitarle desde un beso hasta un autógrafo a los connotados elementos de la televisión abierta.
Los actores y el presidente municipal llegaron con dos horas de retraso, debido a la neblina en el aeropuerto Tajín, ello provocó que el avión no pudiera aterrizar puntualmente (eso dijeron los voceros del ayuntamiento porteño) tiempo suficiente para que los conductores de una radiodifusora de Poza Rica, “calentaran” los ánimos para el momento esperado, cuestión que sucedió aproximadamente a la una de la tarde, cuando subieron al estrado y dirigieron algunas palabras al público que los recibió con aplausos…
Las multitudes siguen acompañando a Silva Ramos, tienen la esperanza de que la forma de hacer política y compromisos con la ciudadanía, cambien para bien de la sociedad tuxpeña, a diez días de iniciada la gestión municipal, las cosas le han salido satisfactoriamente.
Una dama del público afirmó: “Tenemos dos bombones”, refiriéndose a Beto Silva y Rulli, pero inmediatamente un caballero le reviró: “si, tienes razón, pero también hay un forrazo”, señalando a María Inés, así las cosas, hubo un empate en el comentario emitido entre dos afortunados amigos con rostro de matrimonio juvenil…
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