lunes, 3 de enero de 2011

PULSO CRÍTICO...



J. Enrique Olivera Arce

¿Plan estatal de desarrollo? ó un nuevo listado de caprichos personales

En cierta ocasión escribí un artículo en referencia al presunto plan estatal de desarrollo de la administración a cargo del ahora Doctor Fidel Herrera Beltrán, en el que indicaba que, a mi juicio, tal listado de buenos propósitos, elaborado sobre las rodillas y al vapor era, a lo mucho, una guía sobre la cual basarse para la elaboración de un programa sexenal de gobierno que contemplara lo mismo necesidades sentidas de la población recabadas en campaña, que algunos sueños ¿o caprichos? Que anidaran en el cerebro del personaje al que llegara a calificar como “primer violín”, de una orquesta inexistente.

Hechos concretos y no simples presunciones, cuando el que se fue ya no está, confirman que ni se contó con un programa sexenal de gobierno, que ordenara y jerarquizara sectorial y regionalmente en tiempo y espacio las acciones a comprometer, ni mucho menos con un plan con visión de mediano y largo aliento. El Congreso validó “buenos propósitos” y, sin seguimiento alguno, toleró el disperso, incongruente, arbitrario, y costosísimo proceder de quien se decía era el que mandaba en Veracruz.

Ahora, tras leer las barbaridades declaradas por el Secretario de Desarrollo Económico y Portuario ante empresarios y medios de comunicación, o del compromiso del Jefe del Programa de Gobierno, de tener listo para marzo el plan estatal de desarrollo para el sexenio que inicia, plasmando en éste compromisos de campaña –necesidades sentidas- y, al mismo tiempo lo que el gobernador considera como los propósitos, ejes rectores de su administración, me surge la duda de si no se estará repitiendo el mismo esquema de falta de visión de Estado y ligereza en materia de planeación.

Percibiéndose que cada secretaría, como cabeza de sector, tiene su propia interpretación de diagnóstico regional y sectorial y sus correspondientes respuestas para el sexenio, en el marco de un “proceso de planeación” inerte en sus alcances, que culminará con la suma aritmética de todos y cada uno de los propósitos, objetivos, acciones, y metas por alcanzar de cada dependencia responsable. Si es así, la XLII Legislatura aprobará en mazo próximo un mamotreto carente de articulación y complementariedad sin valor normativo alguno, que en nada auxiliará al Dr. Duarte en el logro de sus explícitos propósitos, expuestos como ejes rectores de su administración, y que sí reflejará ambición, protagonismo y compromisos poco claros de los señores integrantes del Gabinete.

Sólo así se explica el relevo temprano del titular del Comité de Planeación del Desarrollo de Veracruz, que por todos es sabido, de la anterior administración fuera el único con los pies puestos en tierra, pese a su limitación en su carácter de subordinado del enemigo número uno de la planeación, orden y congruencia del ejercicio de gobierno.

El horno no está para bollos. Reconstruir por reconstruir, o cumplir con el propósito de abatir pobreza, desigualdad y exclusión, sin un Plan Estatal, o en su expresión más modesta, de Programa sexenal de gobierno, descontextualizado y al margen de la realidad económico financiera internacional, nacional, de la propia entidad federativa, y el reconocido quebranto de las finanzas públicas estatales y municipales, sería bordar en el vacío. Reciclándose desorden, improvisación, caprichos personales, pago de facturas y el ya manido populismo partidizado de "cercanía con el pueblo", con el que ya fuéramos embaucados a lo largo de seis funestos años, bajo el lema de “Fidelidad”.

Honestamente, siempre concediéndole el beneficio de la duda, no creo que ese sea el propósito de nuestro joven gobernador, en sus afanes de construir “prosperidad”. Pero si así fuera, queda el recurso de la participación y movilización social para evitar ser nuevamente engañados.

Esto último, paradójicamente, impensable, en tanto que carecemos de ciudadanía, consciente y organizada, que anteponga derechos, obligaciones y facultades de soberanía popular, a la venta del voto o a la sumisión a cambio de una despensa, una lámina o una cobija para paliar las inclemencias de los frentes fríos recurrentes. Así que presente y futuro de Veracruz queda en manos del gobernador, esperemos no nos defraude, ofreciéndonos gato por liebre y no un auténtico plan estatal de desarrollo consensuado regional y sectorialmente con la sociedad.

pulsocritico@gmail.com

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