Por: Tere Quintanilla
En todo el país ayer 28 de agosto se celebró el día del abuelo y en Tuxpan como en otros lugares hubo quienes recibieron sus regalos pero sobretodo el cariño y afecto de quienes los rodean, sin embargo tal situación es imposible para muchos, toda vez que se pueden observar todavía ancianos durmiendo en las calles, algunos en casa pero olvidados por los propios hijos y otros más terminando sus días guardados en los asilos.
A la luz de la enseñanza bíblica la vejez se presenta como "un tiempo favorable" para la culminación de la existencia humana, permitiendo de éste modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar "la sabiduría del corazón"; pese a éste concepto para muchos senectos la vejez no representa más que una enfermedad y una carga para los hijos y nietos quienes poco a poco los olvidan aunque físicamente estén presentes.
En Tuxpan miles de familias festejaron a éste sector de la población, demostrándoles así la importancia de sus años y la experiencia compartida, logrando con ello brindarles ratos de alegría y haciendo que se olvidaran los achaques y las enfermedades que con el paso del tiempo les han arrebatado su fortaleza.
Hubo también quienes recordaron a los que ya se fueron y con coloridos arreglos florales adornaron distintas tumbas en los panteones de la ciudad, como señal del agradecimiento por haber sido eslabón importante en la creación de cada familia.
Sin embargo, no para todos fue un día de festejo al tener presente el olvido de sus familias, tal es el caso de los pocos que se observan en el municipio durmiendo en las calles y pidiendo limosna.
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