Por Federico Arreola
El diputado Gerardo Fernández Noroña es un usuario muy activo de Twitter. Bipolar, él es uno de los políticos que mejor y peor, al mismo tiempo, utilizan esa red social. Le saca provecho porque todo el día tuitea y a veces hasta lo hace con sentido del humor. Pero arruina su trabajo por su manía de ofender a todo el mundo.
He escrito en SDPnoticias que veo imposible la candidatura de Noroña, lo mismo que la de Martí Batres, a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Considero que ellos, por haberse presentado durante años como extremistas de izquierda, son pasivos, y no activos, para el PRD, el PT y Moviento Ciudadano (antes Convergencia) y, especialmente, para los dos políticos con mayores posibilidades de lograr la candidatura presidencial por tales partidos, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón. Los radicales Noroña y Batres ni un solo voto adicional aportan a la izquierda entre los votantes a los que ya convence esta opción política y, en cambio, quitan sufragios entre los ciudadanos de otras tendencias ideológicas, sin los cuales no es posible ganar una elección presidencial.
Eso es lo que yo opino. Equivocada o no, es mi lógica, y tengo derecho a expresarla en mis escritos. Por cierto, es una lógica que de alguna manera coincide con la más reciente encuesta de preferencias electorales en la sucesión en el Distrito Federal, la publicada por el diario Reforma. En tal estudio, la priista Beatriz Paredes vence fácilmente a cualquiera de los candidatos del PRD, pero en los escenarios, si el candidato perredista fuera Batres, el Partido de la Revolución Democrática no queda en segundo lugar, sino en tercero, superado por el PAN.
Pues bien, a Fernández Noroña no le gustaron mis comentarios. Así lo hizo saber en Twitter. Fiel a su estilo, me criticó con burlas y ofensas. Como me aburre y me pone de malas el diputado, le respondí en sus términos: con burlas y ofensas. Durante buena parte del domingo nos insultamos en la mencionada red social. Supongo que perjudicamos al proyecto político en el que ambos creemos, el de Andrés Manuel López Obrador.
Hablaré con Andrés Manuel acerca del incidente. Debo hacerlo porque, desde que surgió, colaboro en el gobierno legítimo de México como consejero; antes participé en la campaña presidencial de AMLO en 2006 ,y he estado trabajando, desde hace más o menos un año, en Encuentro, AC, el espacio de diálogo de AMLO con la sociedad civil.
Si Andrés Manuel me dice que mis pleitos con Noroña perjudican al movimiento, me retiraré de Encuentro, AC y del gobierno legítimo. Porque, evidentemente, no voy a ser capaz de prometer no volver a pelear con un altanero comediante, no es otra cosa, como el diputado Fernández Noroña que se siente con el derecho de insultar a todo el mundo.
Si Noroña insiste en sus ofensas, insistiré en responderle en el mismo tono. No tengo por qué soportar las injurias de alguien que ha perjudicado tanto a la imagen de la izquierda, que será de los principales culpables si la derrota llega en 2012. Y llegará, inevitablemente llegará, si Andrés Manuel y los otros líderes no son capaces de poner en orden a tan vulgar politicastro.
Fuente: www.sdpnoticias.com
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