Por Orlando Segura Hervert…
A las 9:30 de la noche una motocicleta de tránsito municipal paso rápidamente por la avenida Juárez, dio vuelta en Garizurieta hacia la plaza cívica “Enrique Rodríguez Cano”, atrás, iba una camioneta a alta velocidad en la que viajaba Tito Nieves, el puertoriqueño, 37 minutos después, el animador de Boca del Río, hizo su mayor esfuerzo para anunciar al cantante que inmediatamente fue reconocido por los conocedores, dijo que gracias al esfuerzo del gobierno municipal y del mejor alcalde de la entidad, Alberto Silva Ramos, dicho espectáculo era posible.
Así, ingresó el salsero del momento, inmediatamente con sus canciones “prendió” a la raza que aceptó la convocatoria en el marco de la temporada de verano.
Varios miles de almas y corazones rebosantes de alegría, bailaron, contonearon su cuerpo, mostraron sagacidad y maestría en los pasos y movimientos, giraron una vuelta, media vuelta y otra más, al frente, atrás (con tanto ritmo ya me hice bolas); al compas de los temas de Tito Nieves que por primera vez pisó tierras porteña.
En un instante de tantos, se colocó entre el público que se le entregó por completo, principalmente las damas
Hubo distintos colores de piel, desde los blanquitos, morenitos, pelirrojas, mestizos, autóctonos, había de distintas tonalidades partidarias, lo mismo rojos, azules, verdes, amarillos, arcoíris, naranjas, independientes y autónomos, traidores, mercenarios, conservadores, del centro progresista, izquierda y derecha, del gobierno federal, estatal, municipal, trabajadores de empresas privadas, funcionarios todo por ti, pero todos gozaron del espectáculo.
Tito actuó durante una hora con 17 minutos, se fue y los aplausos lo hicieron regresar dos veces, dijo que tenía un compromiso en Miami para éste sábado por eso no se quedaba un día más con este pueblo que lo maravilló...
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