lunes, 19 de septiembre de 2011

¿JUSTIFICACIONES PARA LA CONSERVACIÓN?


Francisco Javier Martos Fernández
La costa veracruzana es privilegiada ya que cuenta con una valiosa riqueza biológica que se concentra en sus estuarios, lagunas costeras, playas arenosas y rocosas y sobre todo, en sus arrecifes coralinos. Esos hermosos ecosistemas solo ocupan el 1% de la superficie del océano y el 90% de la vida marina depende de ellos. Cientos de millones de personas dependemos del buen estado de los arrecifes, y además, es seguro que intervengan en procesos locales, regionales y globales aún desconocidos.
Hay tres sistemas arrecifales veracruzanos, distribuidos en la costa del sur, centro y norte. El sistema del centro se ubica entre Veracruz y Antón Lizardo, es el de mayor tamaño ya que cuenta con 23 arrecifes, la mayoría de tipo plataforma, pero con algunos de tipo costero. La existencia de este sistema brindó al Puerto de Veracruz una excepcional ubicación desde sus orígenes, le ofreció un importante abastecimiento de alimentos, de materiales para las construcciones, así como protección contra los huracanes y nortes. Su importancia ecológica, económica y aún cultural llevaron al Ejecutivo Federal a declararlo como Área Natural Protegida el 24 de agosto de 1992, con el nombre de Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV). Después de años de complicadas relaciones entre autoridades, académicos, prestadores de servicios, pescadores y demás actores, hoy en día, el PNSAV enfrenta una situación irónica y que para muchas personas, puede ser considerada hasta penosa. Recientemente, el Gobierno Federal ha publicado el estudio técnico que soporta (desde su punto de vista) la modificación del polígono que protege al Sistema Arrecifal Veracruzano. La Ley General del Equilibrio Ecológico y su reglamento en materia de Áreas Naturales Protegidas, señala la posibilidad de realizar modificaciones a los decretos, las cuales tendrán como base un Estudio Previo Justificativo (IPJ). El IPJ de este caso señala tres razones, justificaciones o pretextos pues, para modificar el decreto del

a) Imprecisiones en la descripción limítrofe y de ubicación de coordenadas cartográficas.
b) Limitaciones en la protección de las unidades arrecifales.
c) Alteración y modificación de los ecosistemas existentes en el área.

En contraste con los dos primero incisos que buscan fomentar la conservación y buen uso, el tercero propone el recorte del polígono, retirando la protección al arrecife de Punta Gorda, un pequeño arrecife costero, ubicado en Bahía Vergara. La CONANP concluye que “los problemas ambientales detectados para el PNSAV son originados por fuentes antropogénicas y naturales, que a su vez se generan al interior o exterior de los límites del área protegida, y se identifica un sitio que presenta una gran alteración y modificación de los ecosistemas, que ya no es objeto de conservación y dificulta el manejo del área, ya sea por la imposibilidad de modificar los patrones naturales o por los costos excesivos que representaría su restauración” (CONANP 2011, pag 41). EL EPJ señala que el deterioro en este arrecife ha llegado a un nivel tal, en el que es mejor olvidarlo, que estar invirtiendo en acciones de conservación. Curiosamente, la Bahía Vergara es un área objetivo para el desarrollo del puerto de Veracruz, por lo que casualmente, aunque pueda sonar a verdadera intención, el sitio ya desincorporado pudiera quedar libre al desarrollo portuario. Cabe hacer unas anotaciones. A diferencia de los arrecifes como Isla Verde, las Anegadas y demás del SAV, Punta Gorda se ha desarrollado muy cerca de la playa, por lo que resulta obvio que sus condiciones serán diferentes, más rudas e inestables, pero aún así, la vida marina sigue medrando. De remate, hace algunos años construyeron la planta de tratamiento en las cercanías. Un premio y mejores cuidados merece ese arrecife, pero en lugar de eso, proponen desincorporarlo, echarlo a los tiburones. Alguien me dijo hace algunos años, que “no hay que tirar una barda, si antes no sabes por que la pusieron allí”. Con ese consejo, antes de eliminar Bahía Vergara del Sistema de Áreas Naturales Protegidas, preguntemos ¿por qué creció allí el arrecife Punta Gorda? ¿Qué función ecológica cumple? ¿No será que aún ahora amortigua los impactos negativos de la costa, haciendo un mejor ambiente para los arrecifes cercanos?. ¿Su desaparición provocará un efecto dominó en los arrecifes cercanos?
Por lo pronto, los prestadores de servicios turísticos, pescadores deportivos y comerciales, académicos y cientos, quizá miles de amantes del mar, están demostrando su compromiso, señalando a los funcionarios de la CONANP que no queremos a Punta Gorda ni a Bahía Vergara fuera del PNSAV. Ante los grandes problemas ambientales del mundo, se recomienda tomar acciones locales. ¿Desincorporar Bahía Vergara y Punta Gorda ayudarán a resolver los problemas ambientales locales? No lo creo.

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