Por: Tere Quintanilla
Los manglares de Barra de Galindo y San Antonio, toda esa zona de Tampamachoco, están consideradas como amenazadas, dejaron de ser especies de protección especial y por lo tanto los cuidados de preservación tienen que ser de mayor interés para las instancias encargadas de cuidarlas, es decir que no solo se tienen que redoblar esfuerzos, sino que constantemente hay que reforestarlas, aplicando programas de empleo temporal, indicaron investigadores y académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana.
La máxima casa de estudios en la entidad, gestionó que dicha zona pasara a ser considerada RAMSAR, esto se logró hace varios años, ahí hay aproximadamente 3 mil 600 hectáreas destinadas al mangle, gracias a ello y a otras acciones implementadas con los ejidatarios, se ha logrado frenar la deforestación, en dicho objetivo han contribuido las autoridades de la Secretaría de Marina y de la SEMARNAT, instancias encargadas de que toda esa superficie no sea afectada por la mano depredadora del hombre.
La UV tiene acuerdos y convenios signados con otras dependencias como la Comisión Federal de Electricidad quien recientemente entregó arriba de un millón de pesos para la aplicación en distintos programas que ayuden a la preservación del medio ambiente, del mismo modo con la paraestatal Petróleos Mexicanos.
"El mangle es una plantación que permite la sobrevivencia de los peces, camarones y aves, posibilita que el arribo de temporales, huracanes y otros fenómenos naturales de ese tipo, castiguen o destruyan las zonas costeras y laguneras de Veracruz", explicaron textualmente los conocedores del tema.
Los maestros de la institución académica han participado en diversos proyectos de investigación, se pretende que los estudios realizados y ejecutados tengan una relación con el sector productivo, de esta manera se brinda un servicio a la comunidad.
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