Por Orlando Segura Hervert…
Como oportunamente lo señalamos en este medio de comunicación, el Padre Francisco Javier Leyva Sánchez había sido suspendido de sus funciones, ya no oficiaba misas en la capilla del Perpetuo Socorro, el argumento que le dieron es que habían solicitado su remoción porque la imagen dada a los feligreses no era la apropiada, dado que el líder espiritual le amputaron una pierna y por tal cuestión lo removieron de las responsabilidades pastorales.
La decisión del obispado provocó controversia, molestias y quejas en la feligresía, unos a favor y otros en contra. Sin embargo, las autoridades eclesiásticas de la Diócesis de Tuxpan, a cargo del obispo Juan Castellanos Navarro rectificaron a tiempo y en un acto de solidaridad y humildad, retornaron al padre Leyva para que los domingos al medio día, pueda nuevamente presentarse en el púlpito, aspecto que fue bien recibido por la mayoría de la comunidad católica, resaltando el espíritu cristiano, la ética y los valores de la iglesia.
El obispado escuchó y valoró las opiniones de su comunidad y en este sentido tuvo la valía de corregir lo que a decir de la feligresía, era una injusticia que estaba afectando aún más la salud de un hombre íntegro que ha dado su vida a la práctica y promoción del amor al prójimo.
Leyva Sánchez, nació en Tuxpan el 3 de diciembre de 1950, estudió la primaria en la “Benito Juárez”, la secundaria Técnica Industrial número 33, el bachillerato en Xalapa en la “Benito Juárez” y la licenciatura en el Colegio Pío Latinoamericano, en Roma. Se ordenó el 12 de mayo de 1977. Arribó a la capilla el 4 de septiembre de 1994
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