Mi carta a los Reyes Magos
Raúl Abraham López Martínez*
Queridos Reyes Magos, le escribo desde un rincón de México, un
país que actualmente se encuentra inmerso en una “guerra” definida por dos frentes.
En un primer frente se encuentran los paladines del orden, la moral y las
buenas costumbres que se encuentran atrincherados en el PAN y que tienen como
su oficina un lugar conocido como Los Pinos.
Estos paladines desde hace cinco llegaron al poder por medio de
una maniobra política similar a la de un golpe de Estado, sólo que este golpe
de Estado se presentó en materia electoral.
En esta magna operación de usurpación del poder, el PAN contó
con la colaboración de los poderes fácticos, del Consejo Coordinador
Empresarial, de las televisoras, de los grupos financieros, de un amplio
espectro de la iglesia católica, y de varios gobernadores del PRI. Igualmente
no hay que olvidar que este partido político recibió el aval del gobierno de
Estados Unidos para imponer a su candidato en la presidencia.
Queridos Reyes Magos, en un segundo frente de batalla podemos
ubicar a más de 55 millones de mexicanos y mexicanas que se encuentran viviendo
en condiciones de pobreza, por cierto, esta cantidad de pobres en lo que va del
gobierno de Felipe Calderón aumentaron de manera considerable.
La lucha de este segundo frente, se ha caracterizado por hacer
hasta lo imposible para conseguir algo de comer, esto en un país sumido en la
violencia y desigualdad social, se ha convertido en una proeza que pocos logran
concretar.
Desde luego queridos Reyes Magos, en esa violencia incluyo el
clasismo, el racismo, la discriminación, los feminicidios, los juvenicidios.
Violencia que proviene tanto de las esferas del poder político, la cual se ha
reproducido de manera alarmante en la sociedad y en la economía de mercado.
Queridos Reyes Magos, a cinco sexenios presidenciales de corte
neoliberal, desde Miguel de la Madrid hasta Felipe Calderón, este es el México
de hoy. Un México en donde para las golpeadas clases medias la palabra
esperanza se desborona día con día. Y para los sectores más pobres, esta
palabra carece de significado.
Es precisamente contra estos 55 millones de pobres que Felipe
Calderón les ha declarado la guerra, no llegó al país el empleo que tanto
prometió cuando él era candidato, pero en cambio ha inundado el territorio
nacional de sangre y zozobra.
Dicho lo anterior queridos Reyes Magos, los regalos que les
quiero pedir no son para mi beneficio personal, los regalos que les voy a
solicitar son para compartirlos con la mayor parte de los integrantes de esta
sentida nación.
Lo primero que les quiero pedir es una paz con justicia y
dignidad, para lograrlo es necesario regresar al ejército a sus cuarteles,
legalizar las drogas, aumentar el presupuesto social y abrir fuentes de empleo.
El segundo regalo que les quiero pedir, es que en este 2012 no
permitan que un analfabeta funcional llegue a Los Pinos, y mucho menos permitan
el arribo de un continuador del PAN.
El tercer regalo consiste en fortalecer a la sociedad civil, que
cada grupo, colectivo, movimiento, tenga la fuerza suficiente para continuar
luchando por los derechos humanos, en defensa de la ecología, de los derechos
laborales y que los estudiantes no dejen de luchar para transformar este país.
Queridos Reyes Magos, muchas gracias por leer esta carta, estoy
seguro que mucha gente les va a agradecer la llegada de estos invaluables
regalos.
*Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx
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