¿UNA REPUBLICA AMOROSA?

Por Dino Bernard

Pero si eso es lo que se ha venido pisoteando desde 1968, en que se comenzó a dar esa poda sexenal de represión sangrienta como la que hoy estamos padeciendo a nivel nacional (en herencia ignominiosa para nuestros descendientes) a base de atropellos contra el valor civil de una sociedad creyente en su derecho a la libre expresión y a elegir sin burlas ni traiciones a sus gobernantes.

Comenzando por una escalada de atropellos contra nuestra productividad NO PETROLERA, hasta convertirnos en un país importador de alimentos básicos y en exportador de prófugos del desempleo, quienes para no seguir viviendo como arrimados en su propia patria, han preferido irse a vivir como tal a otro país, allá donde el dinero cuando menos alcanza para enviar algo de apoyo a su familia que no pudiendo huir, se quedo en medio de esta gran abundancia mal repartida pero muy bien acaparada por 40 familias que se dicen “México”, mientras que los demás como usted y como yo, solo somos “mexicanos” que vivimos como arrimados en un país que es de “México”, es decir, de ellos.

Cada vez vamos siendo más los mexicanos que creemos en esa posibilidad de rescatar a este gran país para fincar en él una herencia nueva, en la que nuestros herederos no sean educados para solo servir de consumidores en un mercado nacional saturado de producción importada y sin desarrollar o conservar por igual una capacidad productiva propia que evite el seguirnos confrontando cada vez más: mexicanos contra mexicanos, en una guerra que no va a detenerse por falta de armas, pues las que sean necesarias seguirán siendo abastecidas hasta lograr que este país tan inmensamente rico, deje de estar poblado por esa prole de frijoleros, tontos, flojos y ponzoñosos como nos han etiquetado.

También hay quienes afirman que si hemos de morir, lo hagamos de pie como valientes y no agachados como cobardes, y que si es posible rescatar a México para establecer en él una “República Amorosa”, lo hagamos de pie hasta depositar nuestros sufragios o votos en las urnas electorales este 1º de julio y así cumplida nuestra elección, comencemos a cambiar a este país que tanto nos ha servido para estar valorando lo ajeno, por una república nueva que nos sirva para amar lo propio, valorándolo para bien de nuestros herederos, salvemos nuestra patria.

¡VIVA NUESTRA REPUBLICA AMOROSA!