domingo, 5 de febrero de 2012

EXPEDIENTE 2012..."YO SOY EL SUBCOMANDANTE MARCOS"

Luis Velázquez Rivera

 “Yo soy el subcomandante Marcos”

 En San Julián, poblado del puerto jarocho, un hombre empezaba a tomar una cerveza. Y otra. Y otra. Y al ratito le echaba un líquido más fuerte al estómago. Caña, por ejemplo. Y otro cañazo. Y otro.

 Así, en la frontera entre la lucidez y la inconsciencia etílica, en la cantina del pueblo empezaba a gritar en aquellos tiempos cuando el jefe del Ejército Zapatista de Liberación Nacional estaba en su apogeo, antes, mucho antes de que Ernesto Zedillo le quitara la máscara.

‘’Yo soy el subcomandante Marcos. Yo soy el subcomandante Marcos’’, eufórico exclamaba.

 Los parroquianos, feligreses de aquella cantina, lo escuchaban y sabían las expresiones de su debilidad alcohólica.

 En el tiempo aquel cuando Osama Bin Laden, el jefe máximo de Al Qaeda, fue acusado de los aviones que tumbaron las Torres Gemelas de Estados Unidos, el hombre de Santa Julián se zambullía en trance etílico y gritaba:

 ‘’Yo soy Osama Bin Laden. Yo soy Osama Bin Laden. En mi casa tengo ametralladoras y bombas nucleares’.

 Y los parroquianos se reían de su barbaridad.

 En el sexenio de Agustín Acosta Lagunes en Veracruz, un pistolero agarró fama pública. Le llamaban ‘’La jaiba’’. Malo. Malísimo. Era un sicario al servicio del cacique Felipe ‘’El indio’’ Lagunes Castillo, primo de don Agus.

 Informado de que ‘’La jaiba’’ se había convertido en una pesadilla para la policía, pues parecía invisible, el hombre de San Julián gritaba en su arrebato etílico:

 ‘’Yo soy La jaiba. Yo soy La jaiba’’.

 Una tarde pasó un comandante de policía por el pueblo. Y lo escuchó. Y se detuvo. “Así que tú eres La jaiba?” Y ordenó a los polis detuvieran a ‘’La jaiba’’ aquella.

 En la cárcel se le bajó la borrachera.

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