Por Laura Itzel Castillo Juárez...
El día de ayer escuchamos la alarma sísmica en Cámara de Diputados. Por un momento algunos llegamos a pensar que se trataba de un simulacro más y procedimos a realizar el desalojo del recinto. Todo ello, debo reconocer, de acuerdo a los procedimientos establecidos por el área de protección civil de San Lázaro, ya practicados con anterioridad, conforme a la zona donde nos ubicamos cada uno de los grupos parlamentarios. Tere Lupe Reyes llevaba del brazo a Ifigenia Martínez, quien trataba de acelerar el paso mientras atravesábamos el estacionamiento ubicado en el sótano, que por segundos pareció interminable. Nos dimos cuenta del peligro cuando sentimos la oscilación bajo los pies y a unos cuantos metros se desplomó alguna instalación, provocando una leve polvareda.
Muchos recordamos en ese momento el terremoto que nos sacudió hace casi 27 años a las 7:19 horas de la mañana el 19 de septiembre. Un sismo de 8.1 grados en escala Richter que duró 120 segundos y que de acuerdo a las cifras recogidas del libro Sismos de 1985, control de edificaciones, editado por la Secretaría General de Obras del Departamento del Distrito Federal 1985-1988, recoge entre otras, las siguientes cifras: 4 mil 96 personas rescatadas; 4 mil 541 fallecimientos qué lamentar, y 15 mil 936 heridos.
Para fortuna de nuestra ciudad, la situación reportada el día de ayer fue muy distinta. El jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, informó casi de inmediato que después de las primeras revisiones aéreas y en superficie, “no hay daños mayores, no tengo derrumbe, no tengo lesionados, no tenemos por fortuna nadie que haya perdido la vida como resultado de este sismo”. El sismo fue de 7.6 grados en la escala de Richter, con nueve réplicas de alrededor de cuatro grados.
Sin duda se ha avanzado en materia de protección civil en nuestra ciudad. Los sismos de 1985 obligaron también a revisar el Reglamento de Construcciones y a emitir en octubre del mismo año las Normas de Emergencia que debían emplearse en los proyectos de reparación de las construcciones dañadas, y en las futuras construcciones ubicadas en las zonas de terreno blando y el denominado suelo de transición, de los tres tipos de suelo que se clasificaron en el DF.
La evolución de los reglamentos, en México y en el mundo, tienen como censor la manifestación de eventos naturales, en especial de origen geológico, que sobrepasan las previsiones estimadas. Es así como en 2004 se emite la última modificación del Reglamento de Construcciones del DF y una serie de normas técnicas complementarias para el diseño y construcción de estructuras de concreto, acero, mampostería, madera, cimentación. Análisis por viento y adecuaciones al diseño sísmico.
Finalmente considero que a pesar de la militarización del país, Marcelo Ebrard ha podido mantener la gobernabilidad de la ciudad y la seguridad de los capitalinos con fuerzas civiles. El fin de semana pasado Ebrard propuso transformar el enfoque de seguridad nacional por el de la seguridad ciudadana. En este gran susto nos demostró su capacidad de respuesta inmediata y de organización para aplicar protocolos de protección a la ciudadanía. Por eso saludamos la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para que Marcelo se encargue de la política interior y en particular que le haya encomendado serenar al país.
El día de ayer escuchamos la alarma sísmica en Cámara de Diputados. Por un momento algunos llegamos a pensar que se trataba de un simulacro más y procedimos a realizar el desalojo del recinto. Todo ello, debo reconocer, de acuerdo a los procedimientos establecidos por el área de protección civil de San Lázaro, ya practicados con anterioridad, conforme a la zona donde nos ubicamos cada uno de los grupos parlamentarios. Tere Lupe Reyes llevaba del brazo a Ifigenia Martínez, quien trataba de acelerar el paso mientras atravesábamos el estacionamiento ubicado en el sótano, que por segundos pareció interminable. Nos dimos cuenta del peligro cuando sentimos la oscilación bajo los pies y a unos cuantos metros se desplomó alguna instalación, provocando una leve polvareda.
Muchos recordamos en ese momento el terremoto que nos sacudió hace casi 27 años a las 7:19 horas de la mañana el 19 de septiembre. Un sismo de 8.1 grados en escala Richter que duró 120 segundos y que de acuerdo a las cifras recogidas del libro Sismos de 1985, control de edificaciones, editado por la Secretaría General de Obras del Departamento del Distrito Federal 1985-1988, recoge entre otras, las siguientes cifras: 4 mil 96 personas rescatadas; 4 mil 541 fallecimientos qué lamentar, y 15 mil 936 heridos.
Para fortuna de nuestra ciudad, la situación reportada el día de ayer fue muy distinta. El jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, informó casi de inmediato que después de las primeras revisiones aéreas y en superficie, “no hay daños mayores, no tengo derrumbe, no tengo lesionados, no tenemos por fortuna nadie que haya perdido la vida como resultado de este sismo”. El sismo fue de 7.6 grados en la escala de Richter, con nueve réplicas de alrededor de cuatro grados.
Sin duda se ha avanzado en materia de protección civil en nuestra ciudad. Los sismos de 1985 obligaron también a revisar el Reglamento de Construcciones y a emitir en octubre del mismo año las Normas de Emergencia que debían emplearse en los proyectos de reparación de las construcciones dañadas, y en las futuras construcciones ubicadas en las zonas de terreno blando y el denominado suelo de transición, de los tres tipos de suelo que se clasificaron en el DF.
La evolución de los reglamentos, en México y en el mundo, tienen como censor la manifestación de eventos naturales, en especial de origen geológico, que sobrepasan las previsiones estimadas. Es así como en 2004 se emite la última modificación del Reglamento de Construcciones del DF y una serie de normas técnicas complementarias para el diseño y construcción de estructuras de concreto, acero, mampostería, madera, cimentación. Análisis por viento y adecuaciones al diseño sísmico.
Finalmente considero que a pesar de la militarización del país, Marcelo Ebrard ha podido mantener la gobernabilidad de la ciudad y la seguridad de los capitalinos con fuerzas civiles. El fin de semana pasado Ebrard propuso transformar el enfoque de seguridad nacional por el de la seguridad ciudadana. En este gran susto nos demostró su capacidad de respuesta inmediata y de organización para aplicar protocolos de protección a la ciudadanía. Por eso saludamos la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para que Marcelo se encargue de la política interior y en particular que le haya encomendado serenar al país.
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