Luis Velázquez
El Plan Veracruzano de Desarrollo 20102-2016 omite establecer la pauta para una política social de atención al ciudadano y de trato con la audiencia, confiado, quizá, en el Manuel de Urbanidad y Buenas Maneras del maestro Carreño que tanto definió la vida en el siglo pasado.
Así, cada miembro del gabinete interpreta a su modo, sensibilidad, vivencias y experiencias, traumas y voluntad política la relación con la gente.
Por ejemplo, el secretario General de Gobierno tiene como práctica hacer esperar a la audiencia 5, 6, 7 horas, pues el peso político del Veracruz próspero recae sobre su espalda y conciencia, y ni hablar, prioridad es prioridad.
En su tiempo de subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández citaba a la audiencia, digamos, a las 5 de la tarde, y la recibía a las dos de la mañana. Si bien les iba, pues con frecuencia las reagendaba para el día siguiente.
Pero además, en ninguno de los dos casos, el personal burocrático, cumpliendo instrucciones superiores, daba una explicación, y/o todo caso, ofrecía un cafecito para calentar los huesos en el clima tibio y friolento de Xalapa.
Otros secretarios del gabinete hacen esperar a la gente dos y tres horas, apostando a que la audiencia se amontone en la sala de espera y causar la sensación de una gran popularidad.
Hay veces cuando los imprevistos se amontonan, y entonces, algunos secretarios envían a la secretaria a ofrecer un cafecito, un vasito con agua, un té, y bueno, se trata de una cortesía.
Pocos, excepcionales, secretarios actúan de la manera siguiente:
Uno. Luego de un ratito de espera hacen pasar a cierto tipo de audiencia a un privado, incluso, a la sala de juntas, para que el ciudadano se sienta en confianza, mientras otros, en cambio, ahí se quedan en la sala general esperando, de igual manera, un milagro de Dios para ser distinguidos.
Dos. Hay jefes del gabinete que cuando la audiencia se ha atrasado por equis razones, aparecen en la sala de espera y piden a uno que otro ciudadano en la lista que por favor, no se desesperen y aguanten, pues de pronto se atravesó, digamos, un rafagueo entre militares y marinos con los señores de la droga, y por encima de todo, está garantizar un ‘’estado ideal para soñar’’.
Tres. Hay jefecitos del gabinete que hacen esperar varias horas sin dar una explicación. Y de pronto, zas, la secretaria suspende la audiencia, porque el secretario fue citado por el jefe máximo debido a una emergencia, cuando, en todo caso, inculpan de todo al gobernador y emprenden la graciosa huida por la puerta secreta, como aquella que en la subsecretaría tuviera Erick Lagos, presidente del CDE del PRI…
Fuente: www.blog.expediente.mx
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