miércoles, 21 de marzo de 2012

‘Galileo’ de Bertolt Brecht y los encuestadores mexicanos

Federico Arreola
@FedericoArreola

Los encuestadores no son políticos ni publicistas, sino técnicos.

Por esa razón, deberían estar más cerca del científico investigador que del propagandista.

Pero normalmente no es así.

Pocas veces son objetivos, casi siempre sus “estudios” favorecen al que los paga.

En teoría, los encuestadores deberían tener una responsabilidad ante la sociedad: la de difundir, sin alterarlos, los resultados de sus análisis.

Deberían actuar con ética, pues.

Como los científicos, se esperaría que los encuestadores no subordinaran sus conocimientos al poder económico o político.

Pero, como los científicos, los encuestadores muchas veces no son inocentes.

En “Galileo”, la obra de teatro de Bertolt Brecht, se plantea con fuerza el conflicto del científico que se ve obligado a poner su sapiencia al servicio de los intereses de la autoridad.

Si un gigante de la ciencia como Galileo renunció a la verdad por las presiones del dogma cristiano, no debería sorprendernos que técnicos menores, excesivamente pequeños como los encuestadores mexicanos entreguen sus trabajos al que mejor les pague.

Galileo, un ser excepcional, no pudo evitar que los poderosos lo intimidaran y renunció a la verdad que había descubierto.

Nadie intimida, son otros tiempos, a los personajes tan ordinarios que son los dueños de las casas encuestadoras que “analizan” nuestras elecciones presidenciales; con ellos ocurre algo éticamente peor: se venden porque los políticos los compran.
Fuente:www.sdpnoticias.com
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