Por Uriel Flores Aguayo
El desastre en que se convirtió el acto del PAN donde tomó protesta la señora Vázquez Mota, le dio centralidad y generó un amplio debate sobre el vergonzoso y tan actual tema de los “acarreados”. De inicio hay que decir que el PAN se vio muy mal, como novatos o gente soberbia, que cometió un error imperdonable al pretender dar una innecesaria demostración de fuerza en el pre inicio de su campaña para terminar haciendo el ridículo y mostrando sus debilidades. Hay que tomar en cuenta que este acto del PAN se realiza en un contexto en que cada vez es mayor la resistencia y la reprobación al uso político de la gente, afortunadamente.
El acarreo obligado de gente pobre y de todo tipo de clientelas es común a los partidos políticos en México, cuya ejecución gozó siempre con la maestría oscura del PRI. Recordemos el vergonzoso caso muy reciente de los intoxicados de Guerrero por haber comido huevos y arroz en mal estado. La mayor vergüenza de este fenómeno miserable es que también lo practiquen los partidos auto denominados de izquierda, donde sus dirigentes, extraviados en la vida burocrática y burguesa, acuden al alquiler de grupos de apoyo.
El acarreo político y de todo tipo es indigno por definición, hace anónimas a las personas, trafica con su voluntad y los vuelve vil escenografía; recuérdense tantos momentos de ese tipo en los que las fotografías dan cuenta de asistentes dormidos en actos de esas características. Salvo entre políticos tradicionales, caciquiles y demagogos cada vez es mas mal vista la practica del acarreo, que de su carácter antidemocrático pasa a una acción inútil; las fotografías de mucha gente no dicen gran cosa, tampoco son sinónimo de fortaleza, al contrario, muchas veces son contraproducentes y no se traducen en votos. La gran paradoja es que las plazas llenas casi siempre terminan en urnas vacías.
Como lo acabamos de ver en el estadio azul el acarreo tiene su chiste y sus limites; los panistas exhibieron un verdor mas fuerte que el partido llamado falsamente ecologista y se toparon con una actitud adversa de quienes no están dispuestos a asolearse y pasar hambres sin limite, con todo y que los tengan enlistados en los programas sociales como el de “oportunidades”. Cada vez más se presentan hechos de rebelión de acarreados en todos los partidos, lo cual indica una incipiente pero sana toma de conciencia de la ciudadanía por pobre que sea. Junto al hartazgo por supuesto que también hay pragmatismo de mucha gente, es decir, la mercantilización electoral en todo su esplendor. Los políticos tradicionales creen que engañan a la gente, lo que no saben o simulan no saber es que esa misma gente les ve la cara y busca obtener de ellos algún beneficio personal. Eso esta mal por ambos lados pero es la realidad. Solo la renovación de la política en un sentido democrático y austero y la construcción de ciudadanía podrá romper con el circulo vicioso de la politiquería a la mexicana
A buen tiempo, cuando están por iniciar las campañas presidenciales, se presenta el escándalo de los acarreados en el PAN, es una lección para todos los candidatos, para los partidos políticos y un recordatorio al país del nivel de la política que tenemos.
Bromas a parte, por ingeniosos que sean los chistes sobre el PAN y la señora Mota, estas elecciones deben irse a un código de ética y al estimulo total de la censura ciudadana, con alto costo político, a los políticos y candidatos que sigan con esas penosas e indignas practicas. Ni un voto a los demagogos, a todos aquellos que manipulen las necesidades de la gente. Es previsible una fuerte competencia por la presidencia de la Republica y los otros cargos en disputa, en ese sentido la tentación por el uso de recursos públicos, la compra de votos y todo tipo de prácticas clientelares van a estar a la orden del día.
Recadito: hagamos la prueba: seamos idealistas y honestos.
Ufa.1959@gmail.com
El desastre en que se convirtió el acto del PAN donde tomó protesta la señora Vázquez Mota, le dio centralidad y generó un amplio debate sobre el vergonzoso y tan actual tema de los “acarreados”. De inicio hay que decir que el PAN se vio muy mal, como novatos o gente soberbia, que cometió un error imperdonable al pretender dar una innecesaria demostración de fuerza en el pre inicio de su campaña para terminar haciendo el ridículo y mostrando sus debilidades. Hay que tomar en cuenta que este acto del PAN se realiza en un contexto en que cada vez es mayor la resistencia y la reprobación al uso político de la gente, afortunadamente.
El acarreo obligado de gente pobre y de todo tipo de clientelas es común a los partidos políticos en México, cuya ejecución gozó siempre con la maestría oscura del PRI. Recordemos el vergonzoso caso muy reciente de los intoxicados de Guerrero por haber comido huevos y arroz en mal estado. La mayor vergüenza de este fenómeno miserable es que también lo practiquen los partidos auto denominados de izquierda, donde sus dirigentes, extraviados en la vida burocrática y burguesa, acuden al alquiler de grupos de apoyo.
El acarreo político y de todo tipo es indigno por definición, hace anónimas a las personas, trafica con su voluntad y los vuelve vil escenografía; recuérdense tantos momentos de ese tipo en los que las fotografías dan cuenta de asistentes dormidos en actos de esas características. Salvo entre políticos tradicionales, caciquiles y demagogos cada vez es mas mal vista la practica del acarreo, que de su carácter antidemocrático pasa a una acción inútil; las fotografías de mucha gente no dicen gran cosa, tampoco son sinónimo de fortaleza, al contrario, muchas veces son contraproducentes y no se traducen en votos. La gran paradoja es que las plazas llenas casi siempre terminan en urnas vacías.
Como lo acabamos de ver en el estadio azul el acarreo tiene su chiste y sus limites; los panistas exhibieron un verdor mas fuerte que el partido llamado falsamente ecologista y se toparon con una actitud adversa de quienes no están dispuestos a asolearse y pasar hambres sin limite, con todo y que los tengan enlistados en los programas sociales como el de “oportunidades”. Cada vez más se presentan hechos de rebelión de acarreados en todos los partidos, lo cual indica una incipiente pero sana toma de conciencia de la ciudadanía por pobre que sea. Junto al hartazgo por supuesto que también hay pragmatismo de mucha gente, es decir, la mercantilización electoral en todo su esplendor. Los políticos tradicionales creen que engañan a la gente, lo que no saben o simulan no saber es que esa misma gente les ve la cara y busca obtener de ellos algún beneficio personal. Eso esta mal por ambos lados pero es la realidad. Solo la renovación de la política en un sentido democrático y austero y la construcción de ciudadanía podrá romper con el circulo vicioso de la politiquería a la mexicana
A buen tiempo, cuando están por iniciar las campañas presidenciales, se presenta el escándalo de los acarreados en el PAN, es una lección para todos los candidatos, para los partidos políticos y un recordatorio al país del nivel de la política que tenemos.
Bromas a parte, por ingeniosos que sean los chistes sobre el PAN y la señora Mota, estas elecciones deben irse a un código de ética y al estimulo total de la censura ciudadana, con alto costo político, a los políticos y candidatos que sigan con esas penosas e indignas practicas. Ni un voto a los demagogos, a todos aquellos que manipulen las necesidades de la gente. Es previsible una fuerte competencia por la presidencia de la Republica y los otros cargos en disputa, en ese sentido la tentación por el uso de recursos públicos, la compra de votos y todo tipo de prácticas clientelares van a estar a la orden del día.
Recadito: hagamos la prueba: seamos idealistas y honestos.
Ufa.1959@gmail.com
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