ENVIADO A VAXTUXPAN...
Por Dip. Laura Itzel Castillo Juárez...
Hace un par de días la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, estuvo a punto del desmayo en el acto donde le hicieron entrega de la Agenda México 12.18. Esto a consecuencia de su baja presión arterial, según dijo su vocera posteriormente.
En el evento presidido por el empresario Alejandro Martí, fue evidente que la ex diputada federal estaba mareada.
En el encuentro con organizaciones civiles en materia de seguridad celebrado en el Distrito Federal, al pronunciar su discurso la panista balbuceó algunas frases, y frente al asombro de los organizadores que cruzaban miradas, finalmente la candidata presidencial no logró sostenerse en pie y fue apoyada para tomar su asiento.
Si bien es cierto que no debe de hacerse escarnio de un problema de salud, como lo señaló Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina, yo creo que sí deben de evaluarse las actitudes de la mujer que pretende arribar a Los Pinos. Las declaraciones que hiciera inmediatamente después de su desvanecimiento, demuestran cuán falsa es. Decir con esa palidez exagerada que está rebozante de salud, parece un chiste cruel.
“Me siento muy bien... me siento perfecta, me siento fuerte”. Eso se atrevió a decir. Pero el equipo que la rodea no estuvo mejor. El señalar que la señora que pretende estar al frente del país, se puso muy nerviosa por el sismo y que por eso le temblaban las piernas y la voz, demuestra también la capacidad de respuesta de sus “estrategas”, especialistas en desalojos masivos, como el del Estadio Azul en su toma de protesta.
En la rueda de prensa que ofreció la poblana Augusta Díaz de Rivera, como vocera de Josefina, señaló que la baja de presión de su jefa “es una condición que ya tiene desde hace mucho tiempo y que no le impide sus labores como candidata”.
Quizá a eso se debieron sus recurrentes ausencias en la Cámara de Diputados durante el tiempo que fungió como Coordinadora de la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional en esta LXI Legislatura, que está por concluir. O por ejemplo, que en la entrevista que le hicieran, posterior al debate entre los tres precandidatos panistas, respondiera con incoherencias a los reporteros Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart. Incluso en las redes sociales se llegó a decir que estaba alcoholizada.
A la pregunta de Ana Paula: ¿Cómo te sentiste en este debate?
La “presidenciable” Josefina contestó: “Tengo que resolver mi participación allá en la frontera... Y no recurrir a estos grandes hospitales...”.
Como verán, su respuesta lo dice todo.
Hace un par de días la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, estuvo a punto del desmayo en el acto donde le hicieron entrega de la Agenda México 12.18. Esto a consecuencia de su baja presión arterial, según dijo su vocera posteriormente.
En el evento presidido por el empresario Alejandro Martí, fue evidente que la ex diputada federal estaba mareada.
En el encuentro con organizaciones civiles en materia de seguridad celebrado en el Distrito Federal, al pronunciar su discurso la panista balbuceó algunas frases, y frente al asombro de los organizadores que cruzaban miradas, finalmente la candidata presidencial no logró sostenerse en pie y fue apoyada para tomar su asiento.
Si bien es cierto que no debe de hacerse escarnio de un problema de salud, como lo señaló Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina, yo creo que sí deben de evaluarse las actitudes de la mujer que pretende arribar a Los Pinos. Las declaraciones que hiciera inmediatamente después de su desvanecimiento, demuestran cuán falsa es. Decir con esa palidez exagerada que está rebozante de salud, parece un chiste cruel.
“Me siento muy bien... me siento perfecta, me siento fuerte”. Eso se atrevió a decir. Pero el equipo que la rodea no estuvo mejor. El señalar que la señora que pretende estar al frente del país, se puso muy nerviosa por el sismo y que por eso le temblaban las piernas y la voz, demuestra también la capacidad de respuesta de sus “estrategas”, especialistas en desalojos masivos, como el del Estadio Azul en su toma de protesta.
En la rueda de prensa que ofreció la poblana Augusta Díaz de Rivera, como vocera de Josefina, señaló que la baja de presión de su jefa “es una condición que ya tiene desde hace mucho tiempo y que no le impide sus labores como candidata”.
Quizá a eso se debieron sus recurrentes ausencias en la Cámara de Diputados durante el tiempo que fungió como Coordinadora de la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional en esta LXI Legislatura, que está por concluir. O por ejemplo, que en la entrevista que le hicieran, posterior al debate entre los tres precandidatos panistas, respondiera con incoherencias a los reporteros Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart. Incluso en las redes sociales se llegó a decir que estaba alcoholizada.
A la pregunta de Ana Paula: ¿Cómo te sentiste en este debate?
La “presidenciable” Josefina contestó: “Tengo que resolver mi participación allá en la frontera... Y no recurrir a estos grandes hospitales...”.
Como verán, su respuesta lo dice todo.
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