jueves, 24 de mayo de 2012

EN CONCRETO... LA GENERACIÓN DEL CAMBIO...

ENVIADO A VAXTUXPAN...

Por Dip. Laura Itzel Castillo Juárez...

El pasado lunes, el candidato de las izquierdas a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, celebró un mitin en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde llamó a los estudiantes a transformar el país.

En el Encuentro Nacional de Jóvenes con AMLO participaron miles de alumnos de universidades públicas y privadas, quienes le corearon en repetidas ocasiones las consignas de “No estás solo”, “Presidente” y “No nos falles”.

Comúnmente se dice que la juventud representa el futuro del país, no obstante vive un presente sin esperanza, ante la difícil situación por la que atraviesa nuestra patria. Por ejemplo, del total de desempleados que existen en México, 50% son menores de 29 años. Además las cárceles están plagadas de ellos. A partir de la guerra contra el narcotráfico, impulsada por Felipe Calderón a principio del sexenio, han muerto alrededor de 70 mil personas, de las cuales también la mayor parte son jóvenes. Se calcula que un millón de ellos son vulnerables ante el crimen organizado.

“El lugar de los jóvenes debe ser el aula, no la calle ni los ataúdes”, sentenció Julián Castruita, estudiante de Ciencias Políticas de la UAM, uno de los oradores en el encuentro con el candidato presidencial de las izquierdas. En el mismo acto, Andrés Manuel nos recordó una frase de quien fuera presidente de Chile, Salvador Allende, derrocado por la dictadura pinochetista: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, hasta biológica”, frase a la que yo recurría frecuentemente cuando a finales de los años 70 y principios de los 80 militaba activamente en el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) como secretaria de Relaciones Juveniles del Comité del Distrito Federal, que encabezaba el ex dirigente estudiantil, recientemente fallecido, Eduardo Valle Espinoza, El Búho.

Sí, aquel partido de oposición que luchaba en ese entonces por obtener su registro político, promovido por Heberto Castillo y Demetrio Vallejo; el primero, líder del movimiento estudiantil de 1968, y el segundo líder del movimiento ferrocarrilero de 1958. Ambos ex presos políticos que recorrían incansablemente la República para construir un instrumento de lucha para los trabajadores manuales e intelectuales.

Ayer, algunas amistades me preguntaban: ¿qué acaso la juventud mexicana despertó?, ¿por qué las comunidades universitarias habrán decidido participar en la vida social y política del país?, ¿será que cuestionar la información que las televisoras manipulan significa convertirse en ciudadanos del siglo XXI?

Los jóvenes son rebeldes por naturaleza. Las redes sociales se han convertido en la gran herramienta que permite entrelazarse y en consecuencia organizarse. Ahora existen más opciones que las que aporta la televisión. Las telenovelas, los partidos de futbol, y demás programas llamados de “entretenimiento” son programas distractores, mediatizadores. Promueven el conformismo y la enajenación. En este proceso electoral de los 14 millones de jóvenes que votarán, 3.5 millones lo harán por vez primera. Respetemos su derecho a la información y su decisión libre y soberana.

Vimos a tres alumnos de la Universidad Iberoamericana poner en su lugar a un nervioso Loret de Mola en el noticiario matutino. Enhorabuena, gracias Ibero.

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